Artrosis

Artrosis

15 octubre, 2020 0 Por dropharma_admin

Qué es

La artrosis es una enfermedad reumática crónica que lesiona el cartílago articular. Se produce fundamentalmente en las manos, las rodillas, la cadera y la columna cervical y lumbar. Provoca dolor y rigidez e impide que se puedan realizar con normalidad algunos movimientos tan cotidianos como cerrar la mano, subir escaleras o caminar.

Las articulaciones son los componentes del esqueleto que permiten la conexión entre dos huesos (como por ejemplo, el codo, la rodilla, la cadera, etc.) y, por lo tanto, el movimiento. El cartílago es el tejido encargado de recubrir los extremos de estos huesos y es indispensable para el buen funcionamiento de la articulación, puesto que actúa como un amortiguador.

Antes se asociaba la artrosis casi exclusivamente con el envejecimiento, pero los avances en el conocimiento de los mecanismos que pueden producirla han llevado a descartar la edad como única causa. En palabras de Montserrat Romera Baurés, reumatóloga del Hospital Universitario Bellvitge (Barcelona) y portavoz de la Sociedad Española de Reumatología (SER), «la idea actual es que es una enfermedad heterogénea con diferentes mecanismos que incluirían el relacionado con la edad, el metabólico, el hormonal, el inflamatorio y el biomecánico; y cualquier tejido de la articulación puede estar dañado: cartílago, membrana sinovial, hueso y tejidos blandos periarticulares (tendones, meniscos y ligamentos)». También es un proceso inflamatorio.

Incidencia y prevalencia

Según datos de la SER, la artrosis afecta en España al 10% de la población general, representando casi la cuarta parte del total de pacientes atendidos en las consultas de los reumatólogos. Los resultados del estudio de prevalencia de las enfermedades reumáticas en la población adulta en España (Episer 2016), realizado por esta sociedad científica, revelan que más de 4 millones de habitantes en nuestro país padecen artrosis lumbar.

Además, según la Organización Mundial de la Salud, cerca del 28 por ciento de la población mundial mayor de 60 años presenta artrosis y el 80 por ciento de ésta tiene limitaciones en sus movimientos. El aumento de la esperanza de vida y el envejecimiento de la población han llevado a que esta enfermedad se sitúe entre las primeras causas de discapacidad.

Causas

No se conocen con exactitud las causas que producen la artrosis, pero existen algunos factores de riesgo asociados a su aparición:

  • Edad: aumenta de forma exponencial a partir de los 50 años. «Es una enfermedad que tendremos todos si alcanzamos una edad avanzada», resalta Ana Sánchez Atrio, jefa de Sección de Reumatología del Hospital Universitario Príncipe de Asturias, de Alcalá de Henares (Madrid).
  • Sexo: afecta sobre todo a mujeres mayores de 50-55 años.
     
  • Genética: esta enfermedad reumática no es hereditaria, pero sí tiene un componente de riesgo genético que, junto con otros factores, puede hacer que aparezca con más facilidad en los sujetos que tienen una historia familiar.
     
  • Actividad laboral: la repetición de los movimientos articulares puede llevar, a largo plazo, a la sobrecarga articular. Por eso, determinadas actividades laborales (peluqueras, albañiles, etc.), pueden provocar la aparición de artrosis.
     
  • Lesiones deportivas: los deportistas de élite tienen mayor riesgo de desarrollar la enfermedad. En concreto, los antecedentes traumáticos (por ejemplo, lesiones deportivas que causan traumatismos) incrementan muy significativamente la probabilidad de padecerla.
     
  • El sedentarismo: la falta de ejercicio físico incrementa el riesgo de padecer artrosis.
  • Menopausia: la disminución de los niveles de estrógenos que se produce con la llegada de la menopausia es uno de los factores de riesgo para su desarrollo.
     
  • Obesidad: La obesidad influye tanto en el riesgo de desarrollar artrosis como en el empeoramiento de los síntomas.

Síntomas

Las manifestaciones de la artrosis son muy variadas, progresivas y aparecen dilatadas en el tiempo.

Los síntomas más frecuentes son el dolor articular, la limitación de los movimientos, los crujidos y, en algunas ocasiones, el derrame articular. Además, algunas personas pueden presentar rigidez y deformidad articular.

El síntoma que más preocupa a las personas con artrosis es el dolor. En un primer estadio, éste se desencadena cuando se mueve o se realiza un esfuerzo con la articulación. Este dolor suele cesar con el reposo. Posteriormente, el agravamiento de la artrosis hará que el dolor aparezca tanto con el movimiento, como con el reposo.

Uno de los puntos buenos del dolor artrósico es que no siempre es constante, por lo que los pacientes pueden estar durante largos periodos de tiempo sin padecer dolor, lo cual no significa que la artrosis no siga su evolución.

Prevención

La principal medida que tienen que tener en cuenta los grupos de riesgo para prevenir el desarrollo de la enfermedad es llevar una dieta sana y equilibrada, como la dieta mediterránearealizar ejercicio físico de forma habitual, con actividades que sean acordes a la edad y el estado físico actual de la persona, y evitar la obesidad.

También conviene limitar el esfuerzo físico intenso, como cargar objetos pesados o las actividades laborales que implican sobreesfuerzo.

Por otro lado, los expertos recomiendan extremar el cuidado al practicar deportes de contacto, como el fútbol o el rugby, ya que no están recomendados para los pacientes con artrosis.

Es más, estos deportes son uno de los factores que pueden desencadenar la enfermedad. De hecho, muchos futbolistas padecen artrosis de rodilla debido a las lesiones que han sufrido en el menisco.

Además, quienes padecen la enfermedad deben evitar los movimientos que producen dolor, sin llegar a inmovilizar la zona.

Tipos

La artrosis se manifiesta principalmente en cuatro áreas:

Artrosis de manos

La artrosis de manos es el segundo tipo de artrosis más común. En España la sufren un 6 por ciento de los ciudadanos. Suele estar estrechamente ligado al sexo femenino y a la herencia genética del paciente. La artrosis de manos se origina en una articulación y, posteriormente, puede extenderse al resto de la mano.

Es muy visible, ya que suele deformar los dedos y llega a afectar al día a día de los pacientes en tareas cotidianas como la escritura. Durante el proceso el dolor acompaña la evolución de la enfermedad siendo más fuerte al principio y mitigándose a medida que aparecen los nódulos. Las molestias suelen disminuir cuando la deformación se completa. La funcionalidad de la mano puede verse afectada y la articulación puede quedar un poco flexionada o desviada.

Según explican desde la Sociedad Española de Reumatología (SER), el componente hereditario o genético es muy patente en las articulaciones interfalángicas distales y el paciente suele recordar que ‘su madre o su abuela tenían las manos así'».

Artrosis de rodilla

La artrosis de rodilla es el tipo más frecuente de artrosis. Se puede distinguir entre dos tipos de artrosis de rodilla:

  • Artrosis de rodilla primaria: está muy relacionada con el envejecimiento y con la genética, y va ligada al desgaste de las diferentes partes que forman la rodilla (los huesos la membrana sinovial y el cartílago).
     
  • Artrosis de rodilla secundaria: se suele producir por una lesión previa, como pueden ser una fractura o una lesión de ligamentos. Suele afectar a deportistas y a personas obesas, ya que el sobreesfuerzo que exigen a sus rodillas es elevado.

En este caso la enfermedad afecta a las partes interna y/o frontal de la rodilla provocando dolor cuando se realiza un esfuerzo. Como consecuencia de este dolor y por la evolución degenerativa de la enfermedad el paciente puede tener cojera si la enfermedad avanza a un estadio avanzado. En este tipo de artrosis el movimiento de la articulación suele causar chasquidos.

Artrosis cervical

La artrosis cervical o cervicoartrosis se produce cuando se lesiona o degenera el cartílago de las articulaciones de la columna cervical. Es muy frecuente en personas mayores a 50 años y en muchas ocasiones pasa inadvertida porque no produce síntomas.

El síntoma más frecuente es el dolor del cuello (cervicalgia), que aparece con los movimientos. Además, los pacientes referir rigidez que dura poco tiempo y mejora con el movimiento.

Artrosis lumbar

La artrosis lumbar se produce cuando se lesiona o degenera el cartílago de las articulaciones de la columna lumbar, que está formada por cinco vértebras que se sitúan en la espalda, entre las costillas y la pelvis.

El síntoma más frecuente es el dolor de características mecánicas, es decir, que aparece con el movimiento y la sobrecarga lumbar y mejora con el reposo.

En la inmensa mayoría de los casos no existe una causa clara que justifique la artrosis y por tanto, se considera que aparece debido a la suma de ciertos factores genéticos y ambientales.

Artrosis de cadera

La artrosis de cadera es aquella que afecta a la parte superior de la pierna. Este tipo de artrosis es bastante frecuente, aunque no tanto como la artrosis de rodilla o de mano. En general, es propia de personas mayores, pero puede aparecer antes de los 50 años, siendo excepcional en jóvenes.

El síntoma fundamental es el dolor, que se localiza en la zona de la ingle y en la zona interna del muslo. Sin embargo, en ocasiones el dolor se puede reflejar en la rodilla.

Al principio de la enfermedad, el dolor sólo aparece al caminar y al subir o bajar escaleras. También se siente dolor tras un período de reposo, hasta que la articulación entra en calor, y luego vuelve a aparecer tras una larga caminata o ejercicio prolongado, porque se sobrecarga la articulación. De forma progresiva, se van haciendo difíciles acciones tan elementales como cruzar o flexionar las piernas, o caminar. En estadios avanzados el dolor puede aparecer durante la noche, por la posición de reposo y, con el paso del tiempo, es normal que aparezca cojera al caminar.

Diagnóstico

Según explican desde la SER, el diagnóstico de la patología se realiza mediante una entrevista clínica.

Existen algunas pruebas que ayudan al especialista a completar el estudio. Mediante una radiografía el médico puede distinguir los osteofitos, el pinzamiento del cartílago, las geodas subcondrales y la disminución asimétrica del espacio articular, síntomas claros de la artrosis.

Otras pruebas que se pueden utilizar en casos excepcionales son la tomografía computarizada (TC) y la resonancia magnética cuando el médico tenga dudas sobre el origen del proceso o esté estudiando de forma complementaria otros problemas, como una extrusión discal en una espondiloartrosis o la rotura meniscal en una gonartrosis.

Por último, la ecografía de alta resolución se ha incorporado como una herramienta diagnóstica muy eficaz porque revela las partes blandas que rodean la articulación, así como si hay inflamación o lesión en alguna de ellas y distinguir si el perfil del hueso se está alterando.

Pronóstico

Aunque esta enfermedad no es muy grave, sí disminuye significativamente la calidad de vida de los pacientes. De hecho, su pronóstico difiere bastante dependiendo de la articulación que esté afectada y la evolución de la patología.

Además, factores como el diagnóstico temprano y las medidas de prevención articular pueden contribuir a ralentizar el desarrollo de la artrosis.

En términos generales, la SER explica que la evolución de la patología es lenta y progresiva.

¿Cómo afecta a la vida del paciente?

El dolor y la falta de movilidad son los principales factores que inciden y disminuyen la calidad de vida de los pacientes.

Dado que la enfermedad afecta sobre todo a los pacientes que superan los 60 años de edad, la limitación funcional puede hacer que aumente el sedentarismo en estos grupos de población. Ello puede fomentar la obesidad , y con ello el riesgo de que aumenten los niveles de colesterolpresencia de diabetes, hipertensión, u otros factores de riesgo de enfermedades cardiovasculares.