Watsu, el masaje acuático

Watsu, el masaje acuático

6 febrero, 2024 0 Por dropharma_admin

Son muchas las personas que consideran que el shiatsu es uno de los métodos más interesantes para el tratamiento de diferentes dolencias. Sin embargo, esta técnica tradicional japonesa basada en la presión localizada mediante la acción de los dedos y las palmas de las manos del terapeuta sobre el paciente ha dado un paso más y ha dejado su tradicional camilla por el agua y el cuerpo del terapeuta como único soporte. Así ha nacido el watsu.

Una disciplina que, como explica Elisa Muñoz, fisioterapeuta y vicepresidenta de la Asociación Española de Watsu y Trabajo Corporal Acuático, “aprovecha los patrones sanadores y de sustentación del agua a una temperatura entre 34 y 37 ºC”. Esta temperatura del agua no es casual, ya que se ha elegido una similar a la del cuerpo humano para que éste ofrezca una relajación natural y espontánea.

A pesar de que el watsu es heredero de una técnica milenaria como el shiatsu, no se empezó a desarrollar hasta la década de los 80 del siglo pasado, cuando Harold Dull, en California, decidió evolucionar su conocimiento del Zen Shiatsu llevando a sus alumnos al agua, y posteriormente contó con la contribución de profesionales de diferentes piscinas, centros y estaciones termales.

Como explican Laura Gontán, terapeuta de shiatsu, y Elisa Muñoz, Watsu Practitioner, una de las cualidades del cuerpo humano es su flotabilidad, por lo que el efecto negativo que ofrece la gravedad en los masajes en seco se ve disminuido al estar dentro del agua. “Trabajando sin un punto de apoyo, en el watsu las posibilidades de movimiento tridimensional y disociado en todos los segmentos del cuerpo simultáneamente son infinitas e impracticables en cualquier otra técnica en seco”, insisten ambas especialistas.

Dejarse en las manos de un buen profesional de watsu permite a la “persona alcanzar estados de relajación y escucha profunda, además de descomprimir las vértebras, movilizar las articulaciones y elongar los músculos en un modo alternativo y complementario a las demás técnicas que pueden llevarse a cabo en seco”. Estos profesionales se denominan Watsu Practitioner u Operador Profesional de Watsu, y para serlo han de pasar por una formación que debe superar las 500 horas prácticas.

Beneficios del watsu unque se trata de una técnica relativamente moderna, son muchos los estudios que avalan los beneficios del watsu para la salud. Sin duda es mucho más que un simple masaje relajante, aunque lógicamente comparte algunos de sus efectos como la disminución del ritmo cardíaco o respiratorio, así como el aumento de la vasodilatación periférica, la mejora del sistema linfático con el consiguiente drenaje o la estimulación del sistema inmune.

ras una única sesión, es posible apreciar una mejora de la viscoelasticidad de los tejidos blandos, una disminución de la actividad o espasmo muscular y del dolor entre un 40 y un 60%.

Sin embargo, a largo plazo, el estres, la ansiedad, la falta de calidad en el sueño, el tránsito intestinal perezoso, la fibromialgia y otros trastornos funcionales, el dolor crónico o algunos tipos de artritis y de patologías respiratorias son algunos de los muchos problemas de salud que puede tratar con éxito el watsu.

Las personas que tienen problemas para desarrollar sus actividades funcionales por culpa del dolor, el espasmo muscular o el déficit de movilidad podrán notar una mejora en sus patologías, si incluyen el watsu dentro de su programa de tratamiento.Desde mujeres embarazadas, por el refuerzo del vínculo entre la madre y el bebé, a post-mastectomizadas, pasando por la mayoría de personas con afecciones ortopédicas o neurológicas pueden beneficiarse de los efectos terapéuticos del watsu. Es por eso que el watsu está considerado como una de las formas de trabajo corporal más evolucionada.

Una sesión de watsu dura aproximadamente una hora, y su precio oscila entre los 70 y los 120 euros en adultos y unos 45 euros por sesión para los niños. Se suele iniciar con la llamada “Danza de la respiración en el agua”, con la que el terapeuta recibe la información inicial como diagnóstico previo mientras que entra, con sus antebrazos, en contacto con el cuerpo del cliente en la zona occipital y sacra. Esta interrelación sincrónica se mantendrá durante la sesión en cada una de las acciones que realice el profesional: tracción, movimiento, presión, estiramiento y momento de quietud.

Toda esta serie de movimientos se realizan en total armonía con la respiración, ya que ésta también ayuda al cuerpo a relajarse, al igual que ocurre con el agua caliente en el que se desarrolla la sesión. Y es que, como se creía en el Antiguo Egipto, “es en el agua donde nuestros cuerpos encuentran la libertad que el alma ha perdido”.

“De la misma forma que en shiatsu, el movimiento en watsu surge del Hara (centro energético que fisicamente se ubica en el abdomen). Las transferencias de peso parten de allí para generar el desplazamiento en todas las direcciones del espacio con pureza y efectividad, fluidez y liviandad”, explican Laura Gontán y Elisa Muñoz.

El terapeuta irá modificando su trabajo en función de la respuesta del cliente y del estado en el que éste se encuentre. Así, deberá, por ejemplo, ir punteando los meridianos en diferentes posiciones o jugando con la resistencia del agua para trabajar cada parte del cuerpo.

El watsu es una técnica no invasiva, pero sin embargo habrá ciertas precauciones a tener en cuenta en determinados casos concretos antes de someterse a una sesión de esta terapia. No hay que olvidar que en esta técnica se masajean los músculos y si la persona que lo lleva a cabo no tiene una especialización puede provocar daños.

Por este motivo, es muy importante acudir a profesionales reconocidos en esta especialidad terapéutica, ya que la creciente fama que está teniendo esta terapia ha hecho que muchas personas se animen a ofrecer estos servicios sin la preparación necesaria y con el consiguiente peligro para la salud de los usuarios.

Lo más recomendable para que el tratamiento sea acorde a nuestras necesidades es compartir nuestro estado de salud previamente con el Watsu Practitioner u Operador Profesional de Watsu para determinar una ficha clínica en la que el experto pueda conocer a qué problemas médicos se enfrenta el paciente.

En líneas generales, aquellas personas que sufran fiebre por encima de los 37,7 ºC, epilepsia no controlada, fallo cardíaco, insuficiencia respiratoria severa, sepsis generalizada o enfermedades infecciosas en estado agudo, deberán esperar a que éstas condiciones especiales remitan, antes de recibir una sesión de watsu.Otros problemas cardiológicos, cerebrovasculares o heridas deben ser especialmente tenidas en cuenta tanto por el médico que lleve la patología como el experto en watsu.