Hamamelis, tesoro americano
6 febrero, 2024 0 Por dropharma_adminBeneficios del hamamelis para la salud
unque las plantas medicinales más universalmente conocidas son originarias de Europa o de Oriente Medio, como la manzanilla, el regaliz o la salvia, en los últimos decenios algunas especies del continente americano han empezado a contar con una presencia destacada en la fitoterapia occidental. De Norteamérica nos llegan plantas que ya se incorporan en muchos de los mejores tratamientos herbarios para diferentes dolencias, como la cimicífuga en ginecología, la equinácea en afecciones respiratorias, o la amapola de California en estados nerviosos. Y sin duda en esta lista cabe añadir, por derecho propio, al hamamelis, uno de los mejores tónicos venosos que nos brinda la naturaleza.
Cómo es el hamamelis y dónde se encuentra
El hamamelis o avellano de bruja Hamamelis virginiana L. es un árbol caducifolio, de la familia de las hamamelidáceas, familia botánica sólo presente en el continente americano. Emparentado con el liquidámbar, un árbol muy empleado en jardinería, el avellano de bruja es un árbol modesto, de hasta 10 metros de alto, con la corteza grisácea y las hojas alternas, de forma obovada, que adquieren un tono ocre dorado muy atractivo en otoño.
Las flores, reunidas en glomérulos laxos, aparecen entrado el otoño cuando las hojas se han desprendido, y muestran unos pétalos amarillos, estrechos y alargados, y unos sépalos anaranjados, que producen unos frutos leñosos, en forma de cápsula picuda, que se abren por la mitad. Cuando este fruto madura, explosiona por presión de sus paredes y lanza sus negras semillas a una larga distancia de 10 o más metros.
Crece de forma natural en linderos de bosque y en riberas, y se localiza por todo el este de Norteamérica, desde Terranova en Canadá, hasta Alabama y Texas en los Estados Unidos, más alguna población reducida al este de México.
Orígenes del hamamelis o avellano de bruja
El nombre de ‘hamamelis’, de origen griego, hace alusión al parecido de sus hojas con las del manzano, cuando en realidad está mucho más próximo al avellano. Se conoce también como avellano de bruja (witch hazel) al parecer por el poder curativo, casi mágico, que le atribuían los pueblos nativos de la zona, que vienen utilizando este árbol como medicina desde antiguo.
Los usos vernáculos del hamamelis han quedado confirmados en diferentes estudios clínicos, que han hecho de este árbol un recurso herbario de primer orden. Los colonos europeos lo empezaron a usar desde mediados del siglo XIX, a raíz de la iniciativa de un hombre de negocios, de nombre Theron Tilden Pond, que aumentó su fortuna de manera considerable con la comercialización de un producto basado en extracto de hojas de hamamelis y que fue presentado como un remedio milagroso para curar y cicatrizar heridas, con el elocuente nombre de Golden Treasure.
Los principios activos del hamamelis que definen su acción terapéutica quedan enumerados a continuación:
- Contiene taninos gálicos como la hamamelitanina, tanto en las hojas como en la corteza.
- También taninos catéquicos como la galacotequina.
- Proantocianidinas en sus pigmentos.
- Ácidos fenólicos, derivados del ácido gálico.
- Flavonoides como el kempferol, la quercitina y la isoquercitina.
- Principios amargos.
- Aceite esencial, entre 0,01 y 0,5%.
- Sales minerales, con potasio, sodio y magnesio.
- Resinas.
as hojas y la corteza del hamamelis se integran en numerosos remedios de herbolario para aliviar una gran variedad de trastornos venosos y dermatológicos, más por vía externa que por vía interna, que también. Las indicaciones terapéuticas principales de este árbol norteamericano quedan resumidas a continuación en estos 20 beneficios del hamamelis para la salud:
- Los taninos y los flavonoides son responsables de la potente acción venotónica del hamamelis. Se ha demostrado que aumenta la elasticidad de las venas y la resistencia de los capilares, y que produce una cierta disminución de la permeabilidad de los vasos sanguíneos. Se ha revelado como un apoyo válido para el tratamiento de los trastornos por insuficiencia venosa y mala circulación sanguínea, a lo cual suma su clara acción astringente y hemostática. Se destina a aliviar problemas de venas varicosas, flebitis, edemas y hemorroides, tanto en remedios por vía interna como externa.
- Favorece la circulación y el retorno venoso, y se ha mostrado eficaz para aliviar los diversos síntomas de insuficiencia venosa, como el adormecimiento de dedos y manos, los cosquilleos, los calambres y la sensación de piernas pesadas.
- Por vía interna, se emplea como un antidiarreico suave en presencia de cólicos y otros desajustes digestivos con diarreas puntuales.
- Se comporta como un diurético eficaz, para ayudar a incrementar el flujo de la orina y favorecer la eliminación de toxinas, aunque en tal caso se suele combinar con otras hierbas claramente diuréticas como el arándano o el abedul.
- La gran riqueza en taninos del hamamelis explica también su uso principal como hemostático, antihemorrágico y cicatrizante, para la cura de heridas con o sin sangrado, en hemorragias posafeitado y en hemorragias nasales, pero también en llagas y úlceras de la piel.
- Se ha indicado muy especialmente en el tratamiento de los eritemas o enrojecimiento de la piel por dilatación de los vasos sanguíneos, provocados muchas veces por procesos alérgicos, por infecciones bacterianas, por quemaduras solares o por dermatitis persistentes.
- Tiene un poder restaurativo y antiinflamatorio sobre la piel dañada en heridas, cortes, escaldaduras y en quemaduras solares por la exposición excesiva a los rayos UVA. Mejora la hidratación de la capa córnea o externa de la epidermis y favorece la restauración celular.
- Combate la inflamación provocada por la picadura de insectos y previene la posible infección.
- Se comporta como depurativo y desintoxicante. Se destina a favorecer la eliminación de impurezas de la piel, como granos, acné juvenil, espinillas, forúnculos, etcétera.
- Mitiga los síntomas de una reacción alérgica o una intoxicación alimentaria, como son urticarias, rinitis alérgica y conjuntivitis.
- Se le atribuye una ligera acción antioxidante por la presencia de flavonoides, que ayudaría a fortalecer la resistencia del organismo contra el ataque de los radicales libres.
- Se ha destinado al tratamiento de la dermatitis atópica, lo que se conoce de forma genérica como eccemas, pero los resultados no han sido muy satisfactorios.
- Es un planta netamente oftalmológica, indicada, en efecto, para el alivio de conjuntivitis agudas, irritaciones oculares, inflamaciones de los párpados o blefaritis y orzuelos.
- Se ha destinado con éxito relativo al tratamiento de infecciones virales por herpes simple.
- Se ha usado también en el tratamiento de apoyo de la psoriasis, de nuevo con resultados tímidos.
- La decocción de hamamelis, asociada a otras plantas astringentes, antiinflamatorias y mucolíticas, se ha empleado en caso de anginas, faringitis y laringitis, en forma de gargarismos.
- Se utiliza también en determinados problemas ginecológicos por su actividad bactericida y astringente, como es el caso de menorragias (reglas abundantes), dismenorreas y de irritaciones e infecciones vulvovaginales.
- En forma de colutorio o enjuague, se ha usado también para tratar sangrados bucales, en encías sangrantes y heridas en la lengua.
- El hamamelis está presente también en tratamientos homeopáticos.
- El agua de hamamelis se usa además como un tónico y limpiador de la piel tras el uso de otros tratamientos antimicrobianos y antiinflamatorios.
Precauciones de uso con el hamamelis
Por regla general, el hamamelis es una planta relativamente segura, si se toma o consume en las dosis adecuadas. Pero a causa de su elevado contenido en taninos, al menos por vía interna su consumo debe ajustarse a determinadas limitaciones, que te detallamos a continuación:
- En caso de irritación gástrica o gastritis, gastralgias o dolor estomacal y de presencia de úlceras pépticas, síndrome de colon irritable…, debe ser consumida con mucha precaución y en dosis inferiores a las establecidas. Puede provocar irritación de la mucosa gástrica, por ello se recomienda asociarla a plantas mucilaginosas como el llantén, el malvavisco o la malva.
- Utilizar con prudencia durante el embarazo y la lactancia.
- En caso de insuficiencia hepática o renal, consultar con el médico, pero probablemente aconsejará evitarlo.
- No compatibilizar con antidiarreicos de síntesis, ni con antihistamínicos.