Perros dependientes

Perros dependientes

1 febrero, 2021 0 Por dropharma_admin

Causas de la dependencia emocional del perro

Los perros dependientes o demasiado apegados a sus cuidadores, entendiendo aquí el apego como hiperapego, son aquellos que necesitan de la presencia de sus figuras de referencia para estar bien y ser felices. De lo contrario, sufren. Un animal con este tipo de conducta no nace, sino que se hace, y esto es consecuencia de la acumulación de uno o de varios factores: destete temprano, acumulación de estrés de la madre durante el embarazo, no haberle ofrecido herramientas de autogestión a lo largo de su crianza y educación, hiperestimulación en la fase de cachorro… ¿En qué se diferencia de la ansiedad por separación? ¿Cuándo podemos considerarlo amistad y cuándo enfermedad? ¿Podemos hacer algo para prevenirlo? Te ofrecemos todas las respuestas en este artículo.

Causas de la dependencia emocional del perro

Cuando le pedimos a Noel Espinosa, adiestrador y educador canino de 3ª generación, y director técnico de Eurekan, que defina exactamente en qué consiste la dependencia emocional nos advierte de que no es un término “que esté demostrado” y que, por tanto, su definición será siempre subjetiva. Sin embargo, se aventura a explicar lo que para él es un perro dependiente: “es aquel al que no se le ha permitido adquirir herramientas de autogestión y al que no se le ha dejado tomar decisiones. Eso provoca, entre otros, que el animal esté pendiente de su tutor cuando hay que tomar una decisión ante una situación relativamente novedosa, como podría ser la presencia de perros desconocidos, o encontrarse en nuevos entornos”.

Pero, ¿cuándo hablamos de amistad y puro amor del perro hacia su familia, y cuándo de una dependencia que le hace sufrir? “Amistad es cuando cada uno disfrutamos de la compañía del otro y eso nos ayuda a ser felices. Dependencia es cuando necesitamos de la compañía del otro y, si no estamos juntos, somos infelices”, nos explica Noel Espinosa.

Profundiza un poco más en ello Juan Carlos Castilla Elena, adiestrador, educador canino titulado, y etólogo canino en NobleCan: “En la amistad entre el perro y su cuidador, ambos son independientes. El perro no presenta angustia ni deseos de estar todo el tiempo con su dueño, quiere su espacio y da el suyo al cuidador. Por supuesto, se alegra de ver al dueño, pero le deja tranquilo después de que lo ha saludado, y nunca es agresivo ni celoso cuando otro animal u otra persona interactúa con él. Es dependencia emocional que le hace sufrir cuando el perro no respeta el espacio de su cuidador (si va a otra habitación le sigue y exige entrar en donde esté a cada momento del día). Además, el perro no quiere quedarse solo en casa, llorando, ladrando, y rompiendo cosas cuando esto ocurre; incluso en ocasiones puede orinar y defecar por la casa, y llegar a ser agresivo con otras personas o animales que se acerquen a la persona que consideran suya. Al regreso de su dueño, el perro siempre saluda de una forma exageradamente efusiva, con saltos, carreras y gimoteos y, a partir de ese momento, reanuda la rutina de buscar continuamente el contacto siguiendo a su dueño por todas partes reclamando su atención”.

Esta dependencia emocional de la que hablan Noel y Juan Carlos, además, puede tener efectos negativos para la salud del perro ya que genera mucho estrés. El adiestrador de Eurekan nos cuenta que “el desgaste metabólico que supone tener niveles altos de estrés funciona igual que en las personas: esta dependencia hace que el perro llegue antes a anciano, y su calidad de vida en edades avanzadas sea mucho peor”. Añade el etólogo canino de NobleCan que si el cuidador se separa del animal durante un período más largo, como por ejemplo un viaje, podría dejar de comer, sufrir depresión y padecer tristeza, “un compendio de factores que puede afectar a su sistema inmunitario originando una bajada de defensas”.

Aunque pensemos que hay razas emocionalmente más dependientes de sus cuidadores, para algunos expertos no es así. “No hay razas, sino individuos dependientes”, opina Noel Espinosa, que insiste en que “la principal causa de las diferentes conductas de los perros dependen del entorno, es decir, del modo de educarlos (y algún otro aspecto), más que de la genética. También tiene una gran influencia el estado de estrés de la madre en el momento de la gestación, más que la raza a la que pertenezca”. Sí existen razas más propensas a sufrir dependencia emocional para otros entendidos, como es el caso de Juan Carlos Castilla: “aquellas catalogadas como de pastoreo, de caza, perros de trineo, y perros toy, por su naturaleza aún más marcada para convivir en manada”.

Cachorros empujados al hiperapego

Este hiperapego del perro a su cuidador o cuidadores también tiene mucho que ver con una mala gestión de estrés derivada de un destete temprano del cachorro. Los expertos recomiendan que las crías de perro, al igual que las de gato, no sean destetadas antes de las seis semanas de vida. Ese período es vital, tanto a nivel de salud (la leche materna es el alimento más completo que puede recibir un animal), como a nivel emocional (apego y seguridad).

Además, según la experiencia de Noel Espinosa, también influye mucho en el posterior desarrollo del cachorro cómo se le ha criado: “una de las causas más importantes de la mala gestión de estrés es que las personas no somos capaces de pensar en las necesidades del cachorro que, como en el caso de los bebés, pasan básicamente por descansar y explorar un entorno seguro. Cuando tenemos un cachorro de pocas semanas interactuamos demasiado con él provocando una saturación de estímulos y una falta de descanso que mantiene los niveles de estrés demasiado elevados, lo que produce un detrimento en su desarrollo fisiológico”, afirma Noel.

Por tanto, un destete temprano y una mala gestión de estrés hacen que sea más fácil que aparezcan problemas de conducta como dependencia emocional, ansiedad por separación, miedos, destrozos, o problemas en el aprendizaje.

Ansiedad por separación en el perro

La ansiedad por separación en el perro es un trastorno de la conducta que se manifiesta como un terrible miedo a quedarse solo. Y esto ocurre incluso en las salidas de corta duración, no sólo en los días que más horas está ausente su cuidador. Lamentablemente es un problema bastante frecuente entre los canes actuales que pasan un buen número de horas sin el miembro principal de la manada. Por suerte, es también una de las cuestiones relativas al perro que mejor se resuelve si la modificación de la conducta se hace de la forma correcta.

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Nos hacemos una pregunta obligada: ¿es lo mismo ansiedad por separación que dependencia emocional? No, no lo es. Si bien la ansiedad por separación es el miedo que experimenta el animal al quedarse solo, la dependencia emocional es la necesidad de la presencia continuada del cuidador para poder ser feliz. “Obviamente, un perro dependiente tiene más probabilidad de sufrir ansiedad por separación, pero si hacemos un buen trabajo de prevención y le acostumbramos progresivamente a estar solo tiempos más largos, no sufrirá este grave problema de gran prevalencia actual. Hay muchos perros con cierto nivel de dependencia a sus familias que están tranquilos en casa aunque estén solos”, explica Noel Espinosa, adiestrador y educador canino de 3ª generación, y director técnico de Eurekan.

Para poder hablar de ansiedad por separación Noel nos advierte de que ese miedo debe manifestarse a través de uno o varios de los siguientes síntomas: no comer, no jugar, no beber, lloros y ladridos continuados, destrozos en los puntos de salida del domicilio o evacuación de orines y heces en el interior del domicilio. Estas señales “se deben producir siempre que se queda solo para poder diagnosticar ansiedad por separación”.

Cómo solucionar el miedo del perro a quedarse solo

Un perro sufre estos niveles de estrés cuando se queda solo en casa porque no se le ha acostumbrado progresivamente a estar solo y, además, no se ha consolidado su independencia durante la etapa de cachorro. “Supongo que piensan (ojalá les pudiéramos preguntar) que no saben si volveremos en algún momento de su vida y entran en pánico”, opina el adiestrador de Eurekan.

¿Cómo podemos poner fin a esta situación? El tratamiento para solucionar la ansiedad por separación en el perro consiste en una modificación de conducta que disminuya el apego del perro a su cuidador:

  • Podemos enseñarle poco a poco a quedarse solo, con salidas graduales.
  • Es importante que no pueda anticipar si el cuidador va a salir, así, si le notamos nerviosos podemos no decirles que nos marchamos para no aumentar su agitación
  • Otra opción es ayudarle a relajarse, así como buscarle un espacio donde el se sienta seguro para que nadie le moleste, donde tenga comida y sus juguetes o algo que pueda morder.
  • A tu regreso a casa evita ser demasiado efusivo al saludarle para no incrementar su excitación, hazle ver que sabes que está ahí pero de forma breve, hasta que se tranquilice.
  • A veces, en función de la gravedad, se acompaña de un tratamiento farmacológico.
  • Para solucionar el problema, lo recomendable es contactar con un experto en educación canina.

  • Consejos para una correcta educación emocional del perro

La prevención de conductas indeseadas siempre es mejor que la solución a un problema instaurado, por ello, es importante tener información previa sobre educación y comportamiento canino. Ayudarles desde cachorros a madurar permitiendo que tomen decisiones por sí solos ante situaciones nuevas, siendo siempre conscientes de qué nivel de dificultad son capaces de manejar en función de las herramientas de que dispongan en cada momento (ajustadas a factores como la edad o el temperamento), será fundamental para su correcta educación emocional.

Pero hay más aspectos que podemos trabajar para una correcta educación del perro en casa que evite problemas de dependencia emocional a futuro. Para el educador canino titulado y etólogo canino Juan Carlos Castilla Elena es clave seguir estos consejos:

  1. Proporcionar al perro un lugar en el que se sienta seguro para que se quede allí cuando su amo se ausente de casa. Puede ser una habitación, su cama, o su transportín. Debemos ofrecerle su espacio para dormir, jugar y descansar; los perros necesitan privacidad y tiempo a solas.
  2. Dejar al perro juguetes de comida que le gusten, o juguetes interactivos, para que se mantenga ocupado cuando no estés.
  3. Acostumbrarlo desde los primeros meses a estar solo. Primero saliendo de la casa por periodos cortos de 5 minutos, 15 minutos, y así sucesivamente, hasta dejarlo solo una hora o más.
  4. Acostumbrar al perro a los estímulos que representan la partida del dueño: las llaves, la mochila, el abrigo, y más de mil movimientos, pueden indicar al perro que su dueño está a punto de salir de casa. Es una buena idea, por ejemplo, coger varias veces al día las llaves, la mochila, el abrigo, etcétera, abrir la puerta, después cerrarla y volver a dejar las llaves en su lugar. Este ejercicio sirve para desensibilizar sobre las señales que indican la partida del dueño, y su objetivo es lograr que dichas señales no provoquen excitación y ansiedad en el animal.
  5. Hay que evitar dormir con el perro, dormir en la misma habitación, que acceda al sofá donde nos sentamos, y que nos siga siempre por todas las zonas de la casa. Hay que delimitar espacios a donde pueda acompañarnos como, por ejemplo, no dejar que acceda al baño o a la cocina. Así aprenderá a que por estar en otra zona de la casa no le va a pasar nada.
  6. Hay que ser cariñoso con el perro, pero no en grado obsesivo, porque muchas veces nosotros los hacemos dependientes.
  7. En el día a día invitar al perro a que se vaya a descansar solo sin demandar nuestra atención a su área de descanso sin que exista contacto físico ni contacto visual directo.
  8. Tanto cuando nos marchamos, como cuando regresamos a casa, es recomendable dejar pasar unos minutos para que el perro vea la marcha y el regreso con naturalidad. Conviene dejar pasar unos minutos sin mirarle, sin tocarle y sin hablarle. Para el perro la despedida significa ansiedad y la llegada excitación. Saludarlo sólo cuando esté calmado es en cierto modo un premio.
  9. Si tu perro tiene un comportamiento destructivo, o hace pis o caca cuando le dejas solo, no le debes castigar, ya que con esa acción lo único que conseguirás es que su ansiedad aumente.
  10. Es muy positivo que aprenda a convivir en otros entornos y espacios en los que su propietario no esté presente.
  11. Es también interesante fomentar dentro de casa la interacción del perro con otras personas que no sean sus cuidadores.
  12. Por supuesto, no debemos olvidar la importancia del ejercicio físico en su día a día, ya que la actividad le ayuda a reducir la ansiedad que pueda sufrir al separarse de nosotros.