Nutrición y hepatitis: alimentos apropiados

Nutrición y hepatitis: alimentos apropiados

29 mayo, 2024 0 Por dropharma_admin

Necesidades nutricionales del paciente hepático

en el tratamiento de la hepatitis las recomendaciones dietéticas están orientadas a cubrir las necesidades nutricionales del paciente, controlando al mismo tiempo la cantidad de proteínas que ingiere, ya que son necesarias para restaurar las células hepáticas dañadas, pero en exceso pueden favorecer la acumulación de desechos tóxicos si el hígado no es capaz de procesarlas adecuadamente.En cuanto a los hidratos de carbono, el organismo los almacena en forma de glucógeno, que se transformará en glucosa cuando el cuerpo lo necesite. La dieta del paciente con hepatitis puede variar dependiendo del funcionamiento del hígado, pero normalmente se aconseja incrementar la cantidad de carbohidratos en proporción a las proteínas. Sin embargo, reducir demasiado la ingesta de proteínas puede originar desnutrición, por lo que es muy importante seguir el consejo de su médico, que establecerá la cantidad apropiada de proteínas dependiendo de sus características físicas y del daño hepático. Una pauta que deben seguir los enfermos de hepatitis es considerar la carne como un complemento de verduras, pastas y legumbres (por ejemplo, espaguetis a la boloñesa), y no al contrario.La hepatitis puede afectar a la absorción de nutrientes e influir sobre el apetito del enfermo, provocándole una pérdida de peso, reduciendo sus reservas de energía y dificultando la recuperación de la enfermedad. Una dieta equilibrada ayudará al paciente a mantener el balance de líquidos y electrolitos en el organismo, y disminuirá la sobrecarga de trabajo del hígado, que es un órgano implicado en la conversión de los alimentos en energía.

Consejos de nutrición para la hepatitis

Aquí tienes algunos consejos de nutrición y pautas alimenticias a tener en cuenta si padeces hepatitis:

  • Los hidratos de carbono deben ser la mayor fuente de calorías de su dieta diaria.
  • Las grasas se deben consumir con moderación, pero no hay que eliminarlas por completo de la dieta porque son necesarias para la absorción intestinal de algunas vitaminas. Debe evitar los embutidos y las carnes con gran contenido graso (cerdo, pato, cordero) y cocinar los alimentos al vapor, al horno, cocidos o a la plancha.
  • Los suplementos vitamínicos, sobre todo de vitaminas del grupo B, pueden ayudarle a prevenir carencias nutricionales, pero siempre bajo prescripción médica, ya que las vitaminas se metabolizan en el hígado, y un exceso puede resultar contraproducente.
  • Es conveniente limitar la ingesta de sal, porque favorece la retención de líquidos. Recuerde que los alimentos precocinados y las salsas, salvo que indiquen lo contrario, tienen un alto contenido en sal, por lo que debe evitarlos.
  • No debe automedicarse. Los fármacos pueden dañar el hígado. Por el mismo motivo debe consultar siempre con el médico antes de tomar plantas medicinales, ya que algunas también pueden ser perjudiciales para el hígado.
  • El consumo recomendado de proteínas para un paciente con hepatitis es un gramo de proteína por kilogramo de peso corporal; de este modo, una persona que pese 60 kilos debería ingerir 60 gramos de proteínas diarias. Su médico, no obstante, deberá indicarle la cantidad más apropiada en su caso concreto.
  • No debe tomar bebidas alcohólicas, ni siquiera esporádicamente. Tampoco debe tomar bebidas con gas.
  • Es mejor repartir los alimentos en cuatro o cinco tomas a lo largo del día porque así el hígado trabaja regularmente y sin exceso de carga.

Alimentos permitidos para el enfermo de hepatitis

stos son algunos de los alimentos permitidos para el enfermo de hepatitis. Adjuntamos también un sabroso menú recomendado para pacientes hepáticos:

  • Frutas (manzanas, peras, naranjas, plátanos, ciruelas, fresas, melocotones, mandarinas, melónsandía, piña, albaricoques, kiwis, uvas…).
  • Verduras y legumbres (espinacas, judías verdes, alcachofas, espárragos, patatas, lechuga, pepinos, cebollas, pimientos, escarola, endibias, guisantes, lentejas, garbanzos, alubias).
  • Lácteos (leche, queso, yogures…). Mejor si son desnatados o semidesnatados para reducir la ingesta de grasas.
  • Huevos.
  • Aceite de oliva.
  • Frutos secos (nueces, almendras, avellanas…).
  • Pan, arroz, pastas (sobre todo integrales), maíz.
  • Carnes magras (conejo, pollo sin piel, pavo, ternera blanca).
  • Pescados.Azúcar y dulces (con moderación). Hay que decantarse mejor por los postres y dulces caseros, porque los productos industriales contienen grasas que hay que evitar.
  • Miel.