Hemorragia nasal

Hemorragia nasal

6 mayo, 2024 0 Por dropharma_admin

la mayoría de la gente ha tenido una hemorragia nasal en alguna ocasión, un problema bastante común sobre todo en los niños, aunque cualquiera puede sufrirla debido a que en la nariz se encuentran muchísimos vasos sanguíneos y capilares con las paredes muy finas, de manera que se pueden romper con facilidad y dejar salir la sangre.Por definición, se entiende hemorragia como salida de la sangre de los vasos sanguíneos, en este caso los vasos que se encuentran en el revestimiento interior de las fosas nasales. En la terminología médica este fenómeno se conoce como epistaxis o rinorragia. Los sangrados nasales llaman mucho la atención porque impresiona ver a alguien cubierto de sangre, especialmente a los más pequeños, pero por norma general no son motivo de alarma y se pueden manejar fácilmente desde casa, aunque en algunos casos pueden requerir atención médica.

Tipos de sangrado nasal

Se pueden diferenciar dos tipos de sangrados nasales que llamaremos anterior y posterior, dependiendo de dónde esté el origen del sangrado. En las hemorragias anteriores el punto está en una zona de la nariz donde se unen muchos vasos sanguíneos, que está justo en la formación del tabique nasal en la parte alta de la nariz. Éstas son las más comunes, mientras que las hemorragias posteriores son raras, y la sangre en lugar de salir por la nariz cae por la faringe hacia la garganta y se traga:

  • Epistaxis anterior: este es el tipo más común de hemorragia nasal. Ocurre en la parte frontal de la nariz y generalmente es fácil de controlar. El sangrado proviene del área conocida como plexo de Kiesselbach, que es una región rica en vasos sanguíneos situada en la parte delantera del tabique nasal. Las causas pueden incluir sequedad ambiental, irritación por rascado o golpes, alergias, infecciones, uso de ciertos medicamentos, y cambios hormonales. Este tipo de sangrado es generalmente leve y puede ser manejado en casa con técnicas simples como pellizcar la nariz y inclinar la cabeza hacia adelante.Epistaxis posterior: menos común pero más seria, la epistaxis posterior ocurre en la parte posterior de la nariz y el sangrado proviene de las arterias que son más grandes. Este tipo de hemorragia nasal puede ser más difícil de controlar y a menudo requiere atención médica. Es más probable que ocurra en personas mayores o en aquellas con ciertas condiciones médicas como hipertensión, trastornos de coagulación o aterosclerosis. La atención médica es crucial debido al riesgo de una cantidad significativa de pérdida de sangre y de que la sangre fluya hacia la garganta, lo que puede causar asfixia o inhalación.En ambos casos, si las hemorragias nasales son frecuentes o particularmente severas, es importante consultar a un médico para investigar causas subyacentes más graves y discutir las opciones de tratamiento adecuadas. En algunos casos, puede ser necesario cauterizar los vasos sanguíneos afectados o realizar otros procedimientos médicos para prevenir futuros episodios de sangrado.

Signos y síntomas de una hemorragia nasal

Los signos y síntomas de una hemorragia nasal pueden variar en intensidad, aunque obviamente, el signo evidente de hemorragia nasal es que salga sangre oscura por la nariz, pero en caso de las hemorragias posteriores no siempre se ven tan fácilmente. Para detectarlas se abre la boca y se retrae la lengua hasta tapar la garganta, así se puede observar la sangre que cae por detrás de la campanilla. Los síntomas de hemorragia nasal incluyen:

  • Sangrado visible: el síntoma más evidente es la presencia de sangre que fluye de uno o ambos orificios nasales. El flujo puede ser leve o abundante, dependiendo de la fuente del sangrado.
  • Sensación de flujo en la garganta: si la sangre fluye hacia la parte posterior de la nariz y hacia la garganta, puedes sentir un gusto a sangre en la boca o la necesidad de tragar repetidamente.
  • Ruido de burbujeo o gorgoteo en la nariz: esto puede ocurrir si la sangre se está acumulando en la nariz antes de fluir hacia afuera.
  • Dificultad para respirar por la nariz: la presencia de sangre y coágulos en la nariz puede obstruir las vías respiratorias, haciendo difícil la respiración nasal.

Además de estos síntomas directamente relacionados con el sangrado, es posible experimentar otros síntomas asociados o que indican complicaciones, como:

  • Mareos o sensación de debilidad: esto puede suceder especialmente si el sangrado es profuso y prolongado, lo que podría llevar a una cantidad significativa de pérdida de sangre.
  • Palidez de la piel de manos y cara y sudoración fría: son signos de que el cuerpo está respondiendo a la pérdida de sangre.
  • Ansiedad o inquietud: es común sentirse ansioso o nervioso durante un episodio de sangrado, especialmente si el flujo es difícil de controlar.

Si los episodios de hemorragia nasal son frecuentes o si el sangrado es severo y no se detiene con medidas simples, es importante buscar atención médica. Esto es especialmente crucial en casos donde el sangrado puede estar acompañado de síntomas como confusión, desmayos o palpitaciones, que pueden ser indicativos de una pérdida de sangre más grave o de otras condiciones médicas subyacentes. En todo caso, conviene saber cómo actuar para no alarmarnos y conocer los primeros auxilios básicos a implementar cuando a nosotros o a nuestros hijos nos sale sangre por la nariz.

Causas de una hemorragia nasal

a hemorragia nasal suele ser más común en niños de tres a diez años, posiblemente porque las venas y capilares no están del todo desarrollados y se rompen con más facilidad. Pero también hay personas que tienen más tendencia a sangrar por la nariz que otras, quizás por este mismo motivo, o por la propia estructura nasal. En general, las causas de una hemorragia nasal suelen ser:

  • Estornudar o sonarse muy fuerte la nariz, haciendo que alguno de los pequeños vasos se rompa con la consecuente pérdida de sangre.
  • Manipulación de la nariz, más común en los niños pequeños, que tienen especial curiosidad por ver qué pueden sacar con el dedo.
  • Traumas directos en la cara que fracturen la nariz. Las fracturas de la base del cráneo también pueden hacer que la sangre salga por la nariz
  • Irritación de la mucosa. Esto es frecuente en los resfriados y alergias cuando estamos constantemente sonando la nariz.
  • Subida de la presión arterial. En caso de hipertensión arterial, al ser las paredes de los vasos sanguíneos de la nariz los más finos y delicados se pueden romper debido a la presión de la sangre.
  • Inhalación de gases y químicos que irriten la mucosa. Esto incluye también drogas como la cocaína, que debilita las estructuras nasales, o medicamentos como los sprays descongestionantes, que a la larga dañan el revestimiento interno de la nariz.El calor extremo hace que los vasos sanguíneos se dilaten, y a veces sangran. Esta es una de las causas por las que hay personas más propensas a este tipo de sangrados.
  • El aire caliente reseca las mucosas haciendo que se rompan con más facilidad.
  • Medicamentos anticoagulantes como la aspirina o las heparinas “diluyen” la sangre y ésta tiene menos resistencia a la hora de escapar de los vasos. Igual ocurre con el consumo elevado de alcohol.
  • Hay ciertas deficiencias de vitaminas que pueden debilitar las paredes vasculares, por eso las personas con este problema sangran más fácilmente.

Qué hacer y qué no hacer ante una hemorragia nasal

Si se produce una hemorragia nasal, ante todo siempre debemos mantener la calma, ya que al ver tanta sangre mucha gente suele pensar que la situación puede ser más grave de lo que realmente es. Por eso, es importante que todos conozcamos las medidas de primeros auxilios cuando nos sangra la nariz y actuar con confianza:

  • Cuando se trata de un niño sangrando por la nariz es especialmente importante que estemos tranquilos y transmitirle seguridad, porque si el pequeño está alterado será más difícil parar la hemorragia. En caso de adultos también es esencial que se sientan seguros y puedan cooperar.
  • Sentarse y ponerse cómodo, siempre con la cabeza inclinada hacia adelante y nunca hacia atrás, ya que el estómago no está preparado para digerir la sangre y se irrita la mucosa, provocando que después se vomite toda la sangre ingerida. Respirar por la boca y escupir la saliva y la sangre que vaya a la boca.
  • No tumbarse, por el mismo motivo.
  • Presionar la parte blanda de la nariz con fuerza; así se evita que la nariz continúe sangrando y se tapa el punto de sangrado para que coagule y pare la hemorragia. Mantener así durante diez minutos.
  • No meter pañuelos ni gasas para taponar la nariz. Los profesionales sanitarios tienen materiales especiales para ello, pero nosotros nos limitaremos a apretar con las manos.
  • Revisar a los diez minutos si la hemorragia nasal ha parado. Si continúa sangrando volver a presionar durante otros diez minutos.
  • Una vez detenida la hemorragia se debe respirar con suavidad, sin sonarse la nariz o manipularla. Hay que tomárselo con calma y no hacer ejercicio o levantar peso durante unas horas hasta que el organismo vuelva a estabilizarse. Esto puede ser difícil en el caso de los niños, pero hay que asegurarse de que no corran o jueguen con demasiada intensidad.

Cuándo acudir a un centro médico

Si se aplican estas técnicas en la mayoría de las situaciones la hemorragia de la nariz se detendrá. Sin embargo, debemos estar atentos a los signos de alarma, porque en caso de aparecer será necesario acudir a un centro médico:

  • Si la hemorragia nasal es masiva, es decir, la cantidad de sangre es desproporcionada.
  • Si el afectado comienza a sentir mareos y debilidad general.
  • Si después de aplicar los 20 minutos de presión sigue sangrando.
  • Cuando la sangre cae por detrás de la garganta en lugar de por la nariz.
  • En caso de que la hemorragia haya sido consecuencia de un traumatismo craneal.