Chía

Chía

8 diciembre, 2020 0 Por dropharma_admin

Qué es la chía: origen y principios activos

Desde hace una década o poco más la chía está viviendo un resurgimiento. Su presencia está siendo bien notoria en muchos herbolarios y centros de dietética de América y de Europa, y muchos profesionales de la herboristería incluyen las semillas de chía en sus remedios mejor valorados para tratar afecciones tan frecuentes como el colesterol o el estreñimiento.

Cómo es y dónde se encuentra

La chía Salvia hispanica es una planta anual, de la familia de las otras salvias, del tomillo o de la albahaca, las labiadas, de hasta el metro de alto, con las hojas opuestas, grandes y pilosas, de hasta 6 cm de largo, de forma ovalada, y flores blancas o purpúreas, reunidas en inflorescencias terminales. Florece durante el verano, entre junio y septiembre en el hemisferio norte, entre enero y marzo en el hemisferio sur. El fruto es un aquenio indehiscente –

no se abre por la mitad–, que contiene en su interior numerosas semillas diminutas, esféricas y lustrosas, de apenas 2 mm de ancho, muy ricas en aceite y en mucílagos, como en seguida comprobarás. Son estas semillas su principal parte medicinal, pero también se cosechan las hojas y las flores, moderadamente fragantes.

La chía es nativa del centro de México, hasta Guatemala y Nicaragua por el sur, donde sobrevive de forma natural en zonas montañosas aisladas de los tres países. Se cultiva sobre suelos ligeros, con escasa humedad, como es lo propio de la mayoría de salvias. La zona de Jalisco, en Méjico, es donde se encuentra el mayor centro de producción de esta planta, que se exporta a Europa, Norteamérica, Japón y la China, entre otros destinos. Se cultiva también en Guatemala y Nicaragua.

Orígenes de la chía y sus usos en la antigüedad

Los atributos medicinales y sobre todo nutritivos, de la chía o salvia chian ya eran bien conocidos por el pueblo azteca mucho ante de la llegada de los españoles al continente americano. Como nos cuenta el fraile franciscano del siglo XVI Bernadino de Sahagún en su afamado libro de crónicas ‘Historia general de las cosas en la Nueva España’, las semillas de chía ya eran consideradas un tesoro, y como tal se ofrendaban a la diosa del maíz y la fertilidad Chicomecoatl. Se solía agasajar a los guerreros aztecas con bolsas de semillas de chía como recompensa por sus hazañas bélicas y a sus viudas por su pérdida en los campos de batalla. Durante mucho tiempo la chía y otras pocas plantas el entorno era el único recurso con el que aquellas poblaciones contaban para encarar las enfermedades.

Se cultivaban diversas variedades de esta salvia, que una vez cosechadas, se dejaban secar, se tostaban y molían, para después obtener de ellas una harina densa conocida como chianpinolli, con la cual se elaboraban diferentes productos de consumo habitual, como panes, tortas, sopas e incluso aguardientes, como el chianatole o atole de chía.

Con la llegada de los europeos y la rápida y traumática transformación social que sufrió la sociedad precolombina, el uso de la chía quedó un poco en el olvido. Quedó como un cultivo relicto, con una reducida distribución, que se mantuvo en algunas áreas rurales de México y Guatemala.

Principios activos de la chía

Las semillas de chía están consideradas una de las mejores fuentes de ácidos Omega 3 que nos brinda la naturaleza, comparable al lino o a la onagra, y ello explica la fuerte demanda que ha experimentado en los últimos años.

En su composición nutricional destaca su alto porcentaje en grasas saludables y en fibra, que responde a este perfil:

Entre sus principios activos, destacan:

  • Beneficios de la chía e indicaciones para la salud

La chía se revela como un gran recurso de herbolario para combatir el colesterol alto y para prevenir las infecciones. Se comporta como antiinflamatoria, hipolipemiante, hipotensiva, tónico cardíaco, antioxidante, laxante, demulcente, digestiva, depurativa, vitamínica y remineralizante.

Las principales indicaciones de las semillas de chía para la salud son las que te exponemos a continuación:

  • Como aporte importante de ácidos Omega 3, destaca por su valor como protector cardiovascular. Estos ácidos contribuyen a disminuir la viscosidad sanguínea y la agregación plaquetaria.
  • Se destina a reducir los niveles de colesterol LDL y de triglicéridos en sangre y a prevenir los accidentes vasculares. Disminuye las lipoproteínas LDL (colesterol malo) y aumenta las HDL (colesterol bueno).
  • La chía supone un apoyo para controlar la tensión arterial y para mantenerla en niveles normales.
  • Se le atribuye un ligero efecto hipoglucemiante y se ha indicado como complemento dietético para diabéticos.
  • Por su alto contenido en mucílagos, supone un recurso de primer orden para regular el tránsito intestinal y para combatir el estreñimiento, sea puntual o crónico. Presenta una gran capacidad para absorber agua, aumenta el bolo fecal y facilita la evacuación sin mayores problemas.
  • Por su efecto demulcente y antiinflamatorio, se indica en caso de irritación gástrica, gastritis y cólicos.
  • Se ha indicado la chía para el tratamiento de la diverticulosis, ya que los mucílagos, al contacto con el agua, forman un gel viscoso, que no sólo ayuda a evacuar, también pueden contribuir a reducir las bolsas de las paredes del intestino o divertículos.
  • Ejerce un suave efecto diurético y depurativo, ayuda a prevenir la retención de líquidos y las infecciones en las vías urinarias, como la cistitis.
  • Se considera coadyuvante en tratamientos para perder peso. La toma de semillas de chía, dejadas en reposo en agua, te aportan una clara sensación de saciedad al ingerirlas, que te invitará a dejar de comer.
  • Por su valor proteico, comparable al de algunas legumbres, se ha destinado a dar apoyo en dietas vegetarianas.
  • Gracias a su aporte vitamínico la salvia hispánica es útil en situaciones de fatiga y debilidad.
  • Te ayudará a aumentar la vitalidad y la capacidad de resistencia.
  • Se le atribuyen virtudes antioxidantes (vitamina C), útiles para defendernos de la acción de los radicales libres y para prevenir el acceso de infecciones.
  • Es también un buen aporte de calcio en la dieta, lo que favorece el fortalecimiento de los huesos y las articulaciones, y se ha señalado como un agente válido para prevenir la osteoporosis.
  • La presencia de omega 3 explica también su fuerza para ayudarte a prevenir el envejecimiento cutáneo, las arrugas, las uñas quebradizas y la piel seca y descamada.
  • A nivel externo, por su efecto antiinflamatorio y demulcente, se muestra útil en el tratamiento de dermatitis y reacciones alérgicas en la piel.
  • Actúa como un agente antiinflamatorio notable, útil como apoyo adicional para aliviar el dolor artrítico en enfermedades inflamatorias crónicas como la artritis reumatoide y la artrosis.
  • Se asocia a plantas digestivas y carminativas para favorecer la digestión y eliminar la sensación de empache.
  • La harina de las semillas de chía, al no contener gluten, es apta para personas celíacas.
  • Las hojas, por vía tópica, se han usado como analgésico local, sobre golpes, contusiones, calambres, dolores musculares y neurálgicos.

Cómo se toma la chía: fórmulas herbarias y precauciones

Las semillas de chía se prestan a una cierta variedad de presentaciones, que te permite elegir en función de tus necesidades y preferencias:

  • Semillas crudas, espolvoreadas sobre la ensalada, en el yogur o sobre pasteles y sorbetes.
  • Las semillas molidas, como el café, para tomar a cucharadas. Mantiene toda su fuerza en fibra.
  • El gel que obtendrás manteniendo una cierta cantidad de semillas de chía en remojo en agua previamente hervida. Las semillas absorben el líquido y liberan el mucílago. Este gel lo puedes tomar tal cual, o mezclado en zumo de frutas o en el yogur.
  • El aceite de chía, obtenido por presión en frío, utilizado sobre todo en uso tópico por sus virtudes cosméticas y reparadoras.
  • El agua de chía, como una bebida refrescante, muy apreciada en Méjico.

Precauciones con el consumo de semillas de chía

No se conocen casos graves de efectos secundarios por el uso de chía o la toma de sus semillas, en dosis razonables. No obstante sí que hay ciertos aspectos que debes tener en cuenta a la hora de consumirla con seguridad:

  • Si estás embarazada, la toma de chía como laxante debe estar supervisada por tu médico de confianza.
  • En caso de hipertensióncolesterol y diabetes, sobre todo si se está siguiendo un tratamiento clínico, se debe proceder a un control estricto a fin de evitar descompensaciones. Las semillas de chía podrían potenciar el efecto de estos medicamentos.
  • No se aconseja la toma chía antes de una intervención quirúrgica, o cuanto menos en cantidades altas.
  • Algunas personas pueden mostrar rechazo o reacción alérgica a las semillas de chía muy mucilaginosas, como sucede también con muchos frutos secos y oleaginosos.