Urea alta: causas, síntomas, y cómo bajar sus niveles
2 diciembre, 2020Los niveles de urea en sangre pueden subir por un exceso de proteínas en la dieta, pero también por una enfermedad hepática o renal. Conoce sus causas y síntomas y cómo normalizar sus cifras para prevenir sus complicaciones.
a urea es una sustancia que se forma en el organismo durante el procesamiento de las proteínas y compuestos de nitrógeno en el hígado, y que generalmente excretamos a través de la orina y el sudor. Si no se elimina de forma adecuada, los niveles de urea en la sangre se elevan por encima de lo normal (uremia) y esto provoca problemas de salud que afectan especialmente al hígado –órgano encargado de procesar las proteínas– y a los riñones (que deben filtrar el producto de desecho final), y que sin tratamiento pueden llegar a ser graves, e incluso causar la muerte del paciente.
Entre las complicaciones asociadas a los niveles elevados de urea destacan la insuficiencia renal, la insuficiencia hepática, la insuficiencia cardíaca, o las alteraciones neurológicas.
Ciertos síntomas pueden advertir de que este producto de desecho del hígado no se está eliminando correctamente, por ejemplo:
- Deshidratación: la sensación de sed no se pasa aunque ingieras líquidos y tienes la boca seca. Estos signos, junto a la pérdida de apetito, pueden indicar uremia, pero también otras enfermedades, por lo que en caso de experimentarlos debes consultar enseguida con tu médico.
- Fatiga y debilidad: un cansancio excesivo sin que exista una razón conocida también podría deberse a unos niveles de urea elevados.
- Halitosis: mal aliento (olor a amoniaco) y mal sabor de boca, que a veces se acompaña de ligeras úlceras en la cavidad bucodental.
- Hipotensión: aunque es saludable que la presión arterial no sea alta, el hecho de que sea demasiado baja puede indicar problemas de salud como la uremia.
- Trastornos gastrointestinales: como vómitos o diarrea.
- Problemas renales: el dolor en la zona baja de la espalda puede advertir de que los riñones están dañados, ya que si los niveles de urea se mantienen elevados en sangre pueden llegar a provocar insuficiencia renal.
Niveles normales de urea y por qué aumentan
Los niveles de urea se determinan mediante un análisis de sangre, y dependen de factores como el sexo y la edad –son más bajos en los niños, y en las mujeres, por ejemplo, influyen el embarazo y la menopausia–, o el método utilizado por cada laboratorio, y deben ser valorados por el especialista, que tendrá en cuenta la historia clínica y las características de cada paciente.
Lo normal es que se sitúen por debajo de 40 mg/dl, y se considera que la urea está alta a partir de 50mg/dl; en las mujeres suelen oscilar entre los 6 y los 20 mg/dl, en los hombres entre 8 y 22 mg/dl, y en los niños entre 5 y 18 mg/dl. En cualquier caso, en los resultados de la analítica sanguínea siempre aparece un valor de referencia con el que pueden compararse los resultados obtenidos, que pueden diferir entre distintos laboratorios, y que debe interpretar siempre un médico, que evaluará los diferentes parámetros.
La mayoría de las enfermedades que afectan al hígado o a los riñones –hipertensión, gota, insuficiencia renal o cirrosis– pueden incrementar la concentración de urea en la sangre. De hecho, la medición de la urea y la de la creatinina sirven para conocer el estado de la función renal y comprobar si los riñones filtran adecuadamente los productos de desecho de la sangre.
Otras posibles causas de uremia, son:
- Exceso de proteínas en la dieta.
- Una hidratación deficiente.
- Sangrado gastrointestinal.
- Realizar ejercicio físico intenso de forma continuada.
- Padecer enfermedades como la diabetes, la insuficiencia hepática o la insuficiencia cardíaca.
Consejos para mantener unos niveles de urea adecuados
Para eliminar el exceso de urea en la sangre es fundamental averiguar cuáles son sus causas ya que, si se ha producido a consecuencia de una enfermedad, el tratamiento de la misma corregirá el problema y evitará que el paciente sufra otras complicaciones.
Sin embargo, el médico también puede recomendar otras medidas como reducir el aporte de proteínas en la dieta, limitando el consumo de ciertos alimentos como carnes rojas, huevos, productos lácteos, y cualquier tipo de suplemento alimenticio que contenga este tipo de nutrientes, así como disminuir la ingesta de sal.
Además, es importante mantenerse hidratado, bebiendo suficientes líquidos de acuerdo a las necesidades individuales y al tipo de actividad que se desarrolle.