La salud de los millennials: enfermedades de la generación Y
5 enero, 2022 0 Por dropharma_adminpor
Natalia Castejón
Periodista especializada en vida saludable
Todos nacemos con una carga genética, pero los factores ambientales y el entorno sociocultural tienen un impacto clave sobre nuestro bienestar físico y mental, y aunque la esperanza de vida se ha incrementado en los últimos años gracias a los avances médicos, un estudio llevado a cabo por la Federación de Organizaciones de Seguros de Salud de Estados Unidos (Blue Cross Blue Shield Association, BCBSA) ha revelado que la generación millennial –los nacidos entre 1981 y 1994 (rango que suele variar según la fuente consultada)– tendrá peor salud que sus mayores; concretamente, un 11% menos que la generación X (los nacidos entre 1969 y 1980).
Por si este dato no fuera suficientemente llamativo, según la BCBSA el declive en la salud de los millennials podría comenzar a partir de los 27 años, una edad temprana y que llama la atención de los expertos. Además, en este trabajo también se ha observado que existen 10 problemas que son más recurrentes en la generación Y, y que son los siguientes:
- Ansiedad y depresión.
- Adicciones a drogas.
- Consumo de alcohol.
- Hiperactividad.
- Hipertensión.
- Hipercolesterolemia
- Colitis ulcerosa y enfermedad de Crohn.
- Psicosis.
- Diabetes tipo 2.
- Consumo de tabaco.
Factores que perjudican la salud de los millennials
Entre los trastornos mencionados, los que más prevalencia tienen en esta generación Y son la depresión mayor, la hiperactividad y la diabetes tipo 2, pero son muchos los factores que pueden haber influido en la potencial disminución de la calidad de la salud de este grupo de edad. Estos son algunos de los principales:
Enganchados a las tecnologías
Si por algo se caracterizan los millennials es por haber crecido paralelamente a la digitalización, por lo que han aprendido desde pequeños el manejo de un teléfono móvil o un ordenador, entre otros dispositivos digitales. Esto, que podría considerarse una ventaja, puede por el contrario haber afectado negativamente a su salud.
Así, el abuso de las tecnologías incrementa el riesgo de desarrollar problemas cardiovasculares, debido al sedentarismo que conllevan, además de favorecer la aparición de obesidad o diabetes. También hace que se esté menos conectado con los que están cerca, y que las relaciones sociales se vean mermadas, aumentando la sensación de soledad y tristeza, que en algunos casos puede conducir a una depresión.
Existen múltiples trastornos asociados al uso compulsivo de estos dispositivos, donde destaca la adicción al smartphone, así como la nomofobia, el phubbing, el síndrome de batería baja, el miedo a la exclusión digital, la tecnoferencia o el tecnoestrés. Problemas que, lógicamente, les eran ajenos a las generación anteriores.
Las redes sociales son en parte culpables de esta situación, ya que las publicaciones en estas plataformas –muchas veces manipuladas– pueden fomentar la insatisfacción a consecuencia de la comparación física o de estilo de vida con otros que parecen muy felices, y como los jóvenes son los que más utilizan las redes sociales, son también el público con más riesgo de sufrir sus efectos colaterales, que en los casos más graves pueden llevarles a caer en trastornos alimentarios y problemas emocionales, como una depresión, e incluso llevarles a ser, paradójicamente, menos sociales.
Estrés, ansiedad y problemas laborales
Las dificultades a la hora de encontrar trabajo, una situación especialmente complicada desde la crisis mundial de 2008, ha repercutido en estos jóvenes, que a pesar de ser la generación más formada por haber disfrutado de un mejor acceso a la enseñanza, es la que menos trabajo encuentra, y generalmente con peores condiciones.
La conciliación laboral con la familia tampoco pone las cosas fáciles a esta generación. La dificultad a la hora de mantener un empleo estable y saltar de un trabajo a otro, o de tener unos salarios suficientes para independizarse, la creciente subida del precio de los alquileres en España, o la falta de familiares cercanos que puedan ayudar en la crianza de los hijos, ha provocado que la tasa de natalidad esté bajando; un 29% solo en la última década en España, según datos del informe sobre el Movimiento Natural de la Población del Instituto Nacional de Estadística (INE).
Estas circunstancias, unidas a otros problemas laborales como el burnout, contribuyen a aumentar los niveles de estrés en los jóvenes, que cada vez acuden más al médico por ansiedad y trastornos mentales derivados en algunos casos de una falta de resiliencia. Las alteraciones emocionales podrían ser también los responsables de que los millennials pierdan antes su pelo que los de generaciones anteriores, según los resultados de un estudio realizado por la Universidad de Tsinghua (China).
Depresión y suicidios
Si los factores indicados se mantienen en el tiempo, pueden desencadenar una depresión. De hecho, desde el año 2013 han aumentado un 47% los diagnósticos de esta enfermedad mental en este grupo de edad, según el estudio anteriormente citado de la BCBSA.
Los problemas de dinero parecen ser uno de los motivos clave en la aparición de depresión, pues los millennials que atraviesan una mala situación financiera tienen hasta tres veces más riesgo de padecer trastornos mentales, y recientemente se ha dado a conocer un estudio publicado en la revista Harvard Business Review, que señalaba que el 50% de los millennials había renunciado a alguno de sus trabajos por motivos de salud mental.
El suicidio puede ser el siguiente paso de la depresión, y los datos de este tipo de fallecimiento también están creciendo, pues ya se ha convertido en la segunda causa de muerte entre los jóvenes de 15 a 29 años, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que incluyó esta alerta en el Día Mundial de la Salud Mental de 2019.
- Drogas como el tabaco, el alcohol, la cocaína e incluso la toma injustificada de medicamentos, pueden interferir en la salud tanto física como mental. Los datos del estudio BCBSA informan de que los millennials podrían tener problemas de adicción a estas sustancias, un 12% más que los individuos de la Generación X cuando tenían su misma edad, y que esta práctica podría ser consecuencia en muchos casos de los problemas psicológicos que padecen.El tabaco, el alcohol, o los cigarrillos electrónicos, a menudo no son considerados por los jóvenes como sustancias extremadamente dañinas, a pesar de la información disponible que indica lo contrario, por lo que es muy común que fumen o tomen alcohol, a veces en forma de atracón. Esta ingesta influye negativamente en la salud, por ejemplo dañando el hígado, o afectando a la memoria al deteriorar las neuronas.Según el Estudio sobre la salud y estilo de vida los jóvenes entre 18 y 24 años de edad son los que más se automedican, con una tasa del 73,1%. Y esto se atribuye a que acuden menos a los centros médicos y optan más por buscar sus síntomas en la red, una práctica peligrosa si no se aseguran de que se trata de un sitio fiable y de calidad y que nunca debe prevalecer ante la opinión de un facultativo, y que en casos extremos puede conducir a la cibercondria.
Alimentación inadecuada y sedentarismo
Aunque los millennials son una de las generaciones que más se preocupa por su aspecto físico, también son los que presentan tasas más elevadas de obesidad, según un estudio publicado en el Cancer Research UK. En esto puede influir la creciente comercialización de productos precocinados y ultraprocesados, la falta de tiempo para cocinar, o los horarios de trabajo que no permiten ir a casa a comer.
Para evitar las enfermedades asociadas a una dieta inadecuada, como obesidad, sobrepeso, e incluso cáncer de colon, lo mejor es llevar una alimentación natural y consumir el mínimo de productos precocinados, que suelen contener grandes cantidades de grasas, sal o azúcares. Otra buena opción es dedicar un día a cocinar la comida de toda la semana –lo que se conoce como meal prep o batch cooking– para ahorrar tiempo y comer más saludable tanto en casa, como en el trabajo.
Otro factor importante es el elevado número de trabajos que requieren que se esté sentado durante muchas horas, incrementando el riesgo de problemas cardiovasculares y de obesidad, y el efecto silla, entre otros. En este caso habrá que levantarse cada media hora para andar unos minutos, y compensar todas esas horas de sedentarismo realizando ejercicio fuera del ámbito laboral.
Infecciones de transmisión sexual
Según los datos más recientes de la Organización Mundial de la Salud (OMS) existe una epidemia de enfermedades de transmisión sexual (ETS) –pues cerca de un millón de personas se infectan cada día– que afecta principalmente a los millennials. Las ETS más comunes en la generación Y son la sífilis, el herpes genital y la gonorrea.
Esto se debe a que las nuevas generaciones tienen un número más elevado de parejas y no siempre utilizan medios de protección en sus relaciones sexuales, a pesar de las innumerables campañas que informan sobre esto. Por ello, desde la OMS recomiendan utilizar preservativo en cada encuentro íntimo, que además de proteger contra las infecciones también ayuda a evitar embarazos no deseados, otro gran problema de las generaciones más jóvenes.