Gastroenteritis aguda

Gastroenteritis aguda

23 octubre, 2024 0 Por dropharma_admin

La gastroenteritis se caracteriza por pérdida de apetito, náuseas, vómitos, diarrea moderada o intensa y malestar en el abdomen, y suele deberse a una infección que se adquiere al consumir alimentos contaminados.

La gastroenteritis es un conjunto de trastornos producido por la inflamación de la mucosa gástrica y de la mucosa intestinal y cuyo síntoma principal es la diarrea. Puede estar acompañada por otros síntomas como náuseas y vómitos, pérdida de apetito, retortijones y malestar en el abdomen. En más del 90% de los casos se debe a una causa infecciosa.

La transmisión de la gastroenteritis infecciosa se produce habitualmente a través de la boca al interaccionar con gérmenes bien de las manos, bien de alimentos que los portan.

La gastroenteritis aguda también se suele conocer como diarrea aguda. La diarrea se considera aguda cuando no supera las dos semanas de duración, se llama persistente cuando dura entre dos y cuatro semanas y crónica si dura más de cuatro semanas. Esta clasificación es importante, pues la causa de la diarrea, las pruebas que se hacen para estudiarla, el tratamiento y el pronóstico cambian mucho según la duración de la enfermedad.

La gastroenteritis aguda es un proceso muy frecuente, con una incidencia en el mundo occidental de entre 0,5 y 2 episodios por persona y año. Es particularmente frecuente en verano si se trata de gastroenteritis por salmonella, o en invierno en forma de brotes escolares por rotavirus. Suele ser una enfermedad benigna que se autolimita en pocos días. Sin embargo, cuando afecta a niños, ancianos o pacientes inmunodeprimidos puede conllevar complicaciones graves. En los países en desarrollo la gastroenteritis aguda es mucho más frecuente, especialmente entre los niños, y presenta una elevada mortalidad.

Asimismo, y con el auge del turismo global, se describe un tipo de gastroenteritis relacionada con los viajes a otros países o continentes conocida como la diarrea del viajero.

Causas de la gastroenteritis agudaLa diarrea aguda se puede originar por varios motivos, aunque más del 90% tienen una causa infecciosa. Generalmente, las gastroenteritis son originadas por microorganismos que se encuentran en el agua o en los alimentos, contaminados, habitualmente, por heces infectadas. La infección también se puede transmitir de una persona a otra, o por un animal, normalmente por vía oral (llevarse las manos a la boca después de haber entrado en contacto con un posible foco del síndrome).

Algunas bacterias son capaces de liberar ciertas sustancias, enterotoxina, que alteran la mucosa intestinal, provocando una liberación de sodio y cloro con la subsiguiente expulsión de agua. Este tipo de diarreas fundamentalmente acuosas son producidas por bacterias como Escherichia coli (diarrea del viajero), Vibrio cholerae (cólera) o Shigella spp.

Otras bacterias invaden el revestimiento mucoso intestinal, provocando una lesión orgánica en la pared intestinal y produciendo, además de pérdida de agua, líquido con alto contenido en proteínas. En ocasiones este líquido contiene moco y sangre; a estas gastroenteritis se las conoce como diarreas disenteriformes. Algunos de los microorganismos que producen este tipo de gastroenteritis son Salmonella o Campylobacter.

Algunas bacterias como el Clostridium difficile son las causantes de diarreas tras ciclos de antibióticos que eliminan la flora intestinal habitual y permiten al clostridium producir un efecto nocivo sobre la mucosa intestinal. Son especialmente graves en ancianos y su transmisión por contacto desde el primer caso puede originar brotes epidémicos en hospitales y residencias.

Los virus pueden provocar diarreas secretoras. De hecho, en las zonas de clima templado, durante el invierno, los virus son los principales responsables de la proliferación de diarreas, lo suficientemente graves, como para que los niños menores de 4 años tengan que ser hospitalizados. Algunos de los virus que originan la gastroenteritis son los rotavirus, adenovirus entéricos o astrovirus.

Los parásitos pueden invadir o adherirse al intestino provocando náuseas, vómitos, diarrea y malestar general. Estos parásitos son Giardia lamblia y Crytosporidium, que normalmente se adquieren al beber agua contaminada.

Las diarreas agudas que no son provocadas por causas infecciosas suelen ser debidas a la ingestión de sustancias tóxicas, intolerancia a la lactosa, ingesta de metales pesados, o por los efectos secundarios de ciertos fármacos.

Grupos de riesgo de gastroenteritis aguda

Debido a su mayor exposición a los agentes causantes de la gastroenteritis se distinguen los siguientes grupos que pueden verse afectados con mayor facilidad:

  • Los viajeros: casi el 40% de los turistas que llegan a las regiones endémicas de Latinoamérica, África y Asia sufren la llamada diarrea del viajero. Esta es debida a infecciones originadas por bacterias a las que la población local está acostumbrada.
  • Las personas que consumen habitualmente ciertos alimentos; como por ejemplo la mayonesa, la nata, huevos o mariscos.
  • Las personas con inmunodeficiencias. Las personas con las defensas bajas pueden sufrir diarreas con más frecuencia, debido a que su sistema inmune debilitado tiene dificultades para combatir a los microorganismos (personas con inmunodeficiencias congénitas, sida, bajo tratamiento con inmunodepresores o ancianas).
  • El personal de las guarderías y sus familiares.
  • Quienes residen en centros de acogida u hospitales.

Síntomas de la gastroenteritis agudaLa sintomatología de la gastroenteritis varía según el origen de la diarrea aguda, y también en función de las características de la persona que la sufre. Los síntomas de la gastroenteritis suelen comenzar repentinamente con la pérdida de apetito, náuseas o vómitos. Además, pueden aparecer ruidos intestinales, retortijones y diarrea, con o sin presencia de moco y sangre. El intestino puede expandirse debido al gas y provocar dolor.

El paciente también puede tener fiebre, y experimentar cansancio y dolores musculares. El cuadro típico de fiebre y diarrea sanguinolenta se conoce como disentería.

La gastroenteritis además puede presentar dolor al defecar, en la región anal, y sensación de evacuación incompleta como consecuencia de la inflamación de la mucosa del recto (tenesmo rectal). Las características de las heces son diferentes según algunos tipos de diarrea, siendo muy acuosas en algunos casos, y verdosas y pastosas en aquellas relacionadas con microorganismos como el clostridium

Los síntomas de la gastroenteritis aguda pueden acarrear una acentuada deshidratación e hipotensión (reducción de la tensión arterial). Los vómitos y la diarrea pueden causar una grave pérdida de potasio y de sodio. Estos desequilibrios electrolíticos son potencialmente graves.

También pueden existir calambres musculares si se produce una pérdida importante de electrolitos, o dolores musculares y articulares en aquellos casos provocados por virus. La deshidratación en niños y ancianos se puede manifestar como somnolencia o irritabilidad.

Diagnóstico de la gastroenteritis agudaEl diagnóstico de gastroenteritis aguda se puede hacer principalmente a partir de la sintomatología. De esta manera, no es posible deducir cuál es la causa de la diarrea, pero sí saber que la persona tiene gastroenteritis aguda, y actuar en consecuencia. Cuando la diarrea es aguda y sin otros datos que orienten a procesos intestinales más complejos, en más del 90% suele tratarse de una gastroenteritis independientemente de la causa.

A veces puede estar relacionada con el hecho de que personas del entorno familiar o laboral del enfermo hayan tenido también diarrea aguda. En otras ocasiones, la gastroenteritis puede estar originada por el consumo de alimentos inadecuadamente cocinados, en mal estado o contaminados, como la mayonesa o los mariscos crudos. Los viajes o actividades realizadas pueden aportar datos valiosos para el diagnóstico de la diarrea aguda.

Si los síntomas son fuertes, o se alargan más de 48 horas, se pueden analizar muestras de las heces para buscar la presencia de glóbulos blancos y de bacterias, virus o parásitos. También ayudará a identificar el origen de la diarrea aguda el análisis de los vómitos, los alimentos o la sangre. La analítica de sangre permite valorar parámetros de gravedad como la elevación de glóbulos blancos, deterioro de la función del riñón si existe deshidratación, y afectación de otros órganos en casos muy graves.

En general, una gastroenteritis aguda en un individuo sin otro tipo de enfermedades no requiere ningún estudio diagnóstico, y estos se reservan para casos muy recurrentes, muy severos o para personas con patologías crónicas.

En brotes escolares u hospitalarios es preciso el análisis de heces (coprocultivo) a fin de confirmar el caso o casos y establecer las medidas oportunas. Para algunos microorganismos como la shigella, el campylobacter o la salmonela puede ser de utilidad la serología o determinación de anticuerpos específicos mediante una muestra de sangre, pero en casos muy determinados.

Tratamiento de la gastroenteritis aguda

En todas las diarreas agudas la reposición de líquidos y electrolitos tiene una importancia fundamental. Aun vomitando, el consumo de líquidos es necesario para corregir la deshidratación y frenar los vómitos que acompañan la gastroenteritis aguda.

En los casos leves la diarrea puede tratarse con un simpleaporte de líquidos. Cuando esta es más intensa, y para evitar la deshidratación, la principal causa de muerte, hay que administrar bebidas con azúcar y electrolitos (bebidas deportivas o similares, como el suero casero). En caso de deshidratación extrema, sobre todo en bebés y ancianos, es precisa la rehidratación intravenosa en un medio hospitalario

Para combatir los vómitos se suele recomendar el uso de antieméticos como la domperidona, la metoclopramida o el ondasetrón. Es fundamental conseguir la desaparición de los vómitos pues nos permitirá la rehidratación oral. En el caso de los bebés con lactancia materna, si cesan los vómitos, se deben aumentar las tomas para asegurar el aporte de líquido adecuado.

No es recomendable el uso indiscriminado de fármacos que combatan la diarrea como la loperamida o racecadotrilo, salvo en casos concretos y de especial gravedad. El uso de antibióticos tampoco es una terapia habitual salvo en aquellos casos de personas con enfermedades crónicas y debilitantes, o situaciones de especial gravedad o asociados a clostridium. 

Los probióticos tienen una eficacia médica discutible pues parecen inactivarse con el ácido del estomago una vez ingeridos.