Cuando cambia el clima, ¿cambia tu salud?
10 enero, 2023Si cada vez que cambia el clima la abuela se queja de que le duelen las manos o las rodillas, no dudes de ello porque su molestia es real.
Los estudios verifican cada vez más que el cambio del clima promueve la presencia de ciertas dolencias, que van desde el simple resfriado hasta la depresión y las enfermedades cardiacas.
“Se sabe que el virus de la gripe (flu o influenza), por ejemplo, se transmite mejor en la temporada de frío. Y esto se debe a que durante los meses de invierno hay poca humedad, algo que hace que cuando se estornuda o tose las partículas que lo transportan permanezcan en el aire por más tiempo”, explica el Dr. René Patino, pulmonólogo y especialista en cuidados intensivos en Kaiser Permanente Los Ángeles.
“Contrariamente a esto, en los ambientes con mucha humedad, al estornuda o tose, las partículas caen con rapidez al suelo y se pierden”, detalla el galeno. “Lo mismo ocurre con las partículas virales de la neumonía, bronquitis, resfriado común y rinofaringitis”.
Ataques asmáticos
El clima es también, en muchos casos, el motor de los ataques de asma.
“El aire frío y seco del invierno o el caliente y húmedo del verano, desencadena en algunos asmáticos la inducción de los ataques de asma con síntomas que se agravan con rapidez”, asienta el Dr. Patino. “Lo mismo puede ocurrir en primavera, debido a la polinización de árboles y flores, y al crecimiento de las esporas del moho, que activan también las alergias
Tristeza y depresión
La temporada de frío puede afectar también el estado de ánimo.
“Se ha comprobado que durante los días de otoño e invierno los episodios de tristeza y depresión de quienes padecen del Trastorno Afectivo Estacional (TAE) se incrementan”, dice por su parte la psicoterapeuta Anabel Castrezana, vinculada a Kaiser Permanente en Santa Ana.
Se estima que entre el 4 a 6% de la población en Estados Unidos sufre de este síndrome, que es más común en los estados del norte del país donde el clima no es tan cálido, como por ejemplo en Washington o Alaska.
“Los síntomas se manifiestan usualmente al final del otoñó o comienzo del invierno y se resuelven con la llegada del verano”, detalla la psicoterapeuta. “Y se cree que esto se debe a que durante estas estaciones del año, cuando los días son más cortos y las horas de oscuridad más largas, se puede dar un aumento en los niveles de la melatonina y una disminución en los niveles de la serotonina, que podrían crear condiciones biológicas para la depresión”.
En una menor proporción, hay personas que pueden verse afectadas del TAE durante el verano, al no soportar las altas temperaturas e índices altos de humedad, típicos de esta estación.
“Tanto la humedad como el calor pueden producir malestares físicos, insomnio, cambio de apetito y elevar la irritabilidad”, detalla Castrezana. “Además el clima puede impedir que esas personas salgan de casa y socialicen, llegando al punto de aislarse”.
Afecciones cardiovasculares
Y aunque parecería increíble, el clima también está asociado con ciertas afecciones cardiovasculares.
“No se tiene una razón exacta para explicar la asociación entre las enfermedades del corazón y la temperatura, sin embargo sabemos que hay más muertes por causas cardíacas en invierno que en verano”, denota por su parte la Dra. Elizabeth Dueñas, especialista en Medicina Familiar en Kaiser Permanente South Bay, Harbor City.
Pero se sospecha que “esto se debe a que durante los meses de invierno, las personas tienden a cambiar su estilo de vida, adoptando (o retomando) hábitos que pueden empeorar la salud cardiovascular, como el dejar de hacer ejercicio o el descuidar la alimentación. “En una persona que sufre de colesterol, diabetes o alta presión, este descuide puede tener consecuencias graves sobre su salud”, especifica la Dra. Dueñas.
Dolor de cabeza y jaquecas
El clima es un detonador común para el dolor de cabeza y los episodios de migraña o jaqueca.
“En algunas personas, el calor, la bajada de la presión barométrica o la humedad provocan una producción química en el cerebro que desencadena un dolor de cabeza”, dice la Dra. Dueñas. “También hay una evidencia sobre que los rayos eléctricos [típicos de la temporada de lluvia] son un factor desencadenante de la migraña. Asimismo, hay personas en las cual la luz brillante de verano o la luz reflejada, en agua por ejemplo, puede desencadenar una migraña”.
Dolores musculares y reumáticas
Sin haber una evidencia científica entre la conexión del cambio del clima y las dolencias musculares y reumáticas, quienes las padecen dicen que cuando termina la temporada de verano y comienza el otoño y el invierno, sus síntomas empeoran.