Alergia a aditivos alimentarios

Alergia a aditivos alimentarios

27 enero, 2021 0 Por dropharma_admin

La alergia y la intolerancia a aditivos alimentarios son problemas diferentes que comparten un mismo origen. Presentamos la información básica para convivir con este problema y evitar sus reacciones más comunes.

Los aditivos alimentarios son aquellas sustancias que se añaden a los alimentos para modificar algún o varios métodos de conservación, elaboración o preparación y variar así también las características del mismo.

Los aditivos no modifican habitualmente la composición nutricional de los alimentos a los que se añaden y su uso se dirige hacia modificaciones en la textura, viscosidad, color, aroma o duración del alimento, por ejemplo. Se añaden en cantidades mínimas y siempre con el permiso de la Autoridad Sanitaria Competente, que determina las dosis máximas que se pueden aplicar y que resulten inocuas.

Todo aditivo que se utilice en industria alimentaria debe superar unas pruebas que determinan su uso y la cantidad, solo entonces se podrá utilizar. En el etiquetado de los productos deberán aparecer siempre todos los aditivos que se han añadido y estarán precedidos de una E antes de la numeración que lo identifica, de esta manera, se identifican rápidamente que son aditivos seguros que han pasado los controles reglamentarios.

Clasificación de los aditivos alimentarios

Existen multitud de aditivos que la industria utiliza habitualmente. La clasificación más utilizada es la que hace referencia a la función que ejerce el aditivo en el alimento:

  1. Aditivos que modifican características organolépticas o sensoriales del alimento. Por ejemplo: acidulantes, colorantes, potenciadores del sabor, edulcorantes, aromatizantes, humectantes, espesantes, emulsificantes, etcétera.
  1. Aditivos que modifican características físicas o químicas del producto. Entre los que se encuentran: estabilizantes, acidulantes, emulgentes, gelificantes, espesantes…
  2. Aditivos que modifican la duración de la comida. Algunos de los más conocidos son: humectantes, conservadores, encurtantes o antioxidantes.

Qué es la alergia a los aditivos alimentarios

La alergia a los aditivos alimentarios consiste en una reacción que el sistema inmunológico del organismo desarrolla cuando detecta alguna sustancia potencialmente peligrosa llamada alérgeno. Entonces se desencadenan una serie de reacciones destinadas a atacar a esa sustancia, en este caso a algún aditivo. Lo que para la mayoría de las personas sería un producto inocuo que no altera en absoluto el funcionamiento del organismo, para las personas alérgicas supone el posible desenlace de una reacción alérgica con síntomas que pueden llegar a ser muy graves.

Los aditivos más propensos a provocar reacciones alérgicas son los colorantes, especialmente la tartracina que aporta tonos amarillos, anaranjados o, incluso, si se mezcla con otros, colores verdes o azulados, y es el aditivo más utilizado de su grupo; y los conservantes, con los benzoatos a la cabeza.

Otros aditivos, también implicados en posibles procesos, se relacionan con intolerancias alimentarias. Uno de los más conocidos que es el glutamato monosódico, potenciador del sabor, muy empleado en preparaciones orientales que típicamente produce intolerancia digestiva, no así alergia. Es importante diferenciar ambos procesos.

El diagnóstico de este tipo de reacciones alérgicas es complejo por varios motivos. En primer lugar la amplia distribución de los aditivos en los alimentos dificulta mucho la identificación del causante de la sintomatología. En segundo lugar, la inespecificidad de la mayoría de los síntomas, que resultan comunes a muchos procesos, complica determinar cuál es la enfermedad padecida y a qué producto o sustancia se debe. Asimismo, la baja prevalencia de personas que padecen estos trastornos no ayuda a su estudio. Entre 0,01 y el 0,2% de la población total sufre alergias a algún aditivo.

El diagnóstico se suele realizar por la sospecha de la relación entre la ingesta del aditivo y la aparición de sintomatología, que no puede ser debida a otra circunstancia y siempre con participación del sistema inmunológico ya que, de otra manera, podemos encontrarnos ante un problema de intolerancia y no de alergia alimentaria. El diagnóstico deberá estar siempre confirmado por parte de un especialista en alergología. Además, la dificultad en el diagnóstico se incrementa al no disponerse de pruebas específicas para unos pocos aditivos, dejando el resto sin una prueba fiable de confirmación.

Causas y síntomas de la alergia a aditivos alimentarios

Los síntomas más frecuentes que tienen lugar en los casos de alergia a aditivos no son diferentes de cualquier otra alergia alimentaria. Las alteraciones más habituales se sitúan a nivel respiratorio dando como consecuencia cuadros asmáticos o de rinitis en las personas afectadas, con dificultad para respirar, disnea, tos, mucosidad, ruidos respiratorios…

Del mismo modo, la sintomatología dermatológica suele estar presente y se manifiesta por medio de enrojecimiento, picor, dermatitis, prurito, hinchazón, etcétera. Además, a nivel de las mucosas se pueden producir los efectos de inflamación y picor. Ante estos síntomas es importante estar alerta y si adquieren un carácter mayor acudir al médico cuanto antes.

También son comunes los casos en los que se da una excesiva sudoración, diarrea, náuseas, vómitos, dolores musculares, debilidad, fatiga, migraña y en algunos casos graves incluso arritmias.

Si la respuesta a la alergia es muy severa puede tener lugar una reacción anafiláctica, que es una alteración inmediata, intensa, generalizada y que afecta, por lo menos, a dos órganos del cuerpo. Esta reacción anafiláctica puede llegar a tener consecuencias fatales, provocando la muerte de la persona alérgica por un fallo cardíaco o respiratorio.

Causas de la alergia a los aditivos alimentarios

No existe ningún grupo de población especialmente sensible a este tipo de reacciones a aditivos y suele ser una cuestión puramente personalizada. Las causas de estas alergias a los aditivos alimentarios se deben preferentemente a una sensibilización en el sistema inmune del sujeto afectado que detecta que existen ciertos riesgos donde no debería haberlos.

También se ha especulado con que el desencadenante de este tipo de reacciones tiene relación directa con la cantidad de aditivos que se consuman, siendo más probable el riesgo a mayor cantidad tomada en la dieta, estando este último apartado pendiente de consensuar por los expertos de la materia.