Los peligros del bisfenol A
29 marzo, 2023 0 Por dropharma_adminEl bisfenol A (BPA) es un disruptor endocrino presente en envases plásticos para alimentos y bebidas –a los que puede transferirse– y en algunos tickets de compra. Conoce qué dicen los científicos sobre su toxicidad.
El bisfenol A (BPA) es una sustancia química que se usa para elaborar algunos tipos de plásticos (policarbonato) y resinas (epoxi), con los que se fabrican envases para alimentos y bebidas, o se recubre el interior de latas de conserva o biberones, aunque también se emplea en la elaboración de otros muchos productos de uso cotidiano como cosméticos, tuberías, CD’s o DVD’s, o los tickets o facturas impresos en papel térmico.
Su toxicidad y los efectos que tiene sobre la salud han convertido a este plastificante en objeto de debate, y desde hace años se realizan estudios para determinar los peligros que implica su contacto diario para los seres humanos, ya que se ha comprobado que el bisfenol A de los envases puede transferirse en pequeñas cantidades a los alimentos y bebidas.
De hecho, en un estudio promovido por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) en 2013 que evaluó las posibles fuentes de exposición al bisfenol –alimentarias y no alimentarias–, y por diversas vías –oral, inhalación o a través de la piel– de la población europea, se concluyó que la dieta era la fuente de exposición primordial a esta sustancia.
Posibles peligros del bisfenol AEl bisfenol A se considera un disruptor endocrino, es decir, que tiene la capacidad para interactuar con hormonas del cuerpo humano, como por ejemplo los estrógenos –hormonas sexuales femeninas–, y podría por lo tanto afectar a la fertilidad, el aparato reproductor y el sistema endocrino.Algunas investigaciones, como una realizada en 2014 por investigadores de la Universidad de Illinois en Chicago (Estados Unidos), y publicada en Endocrinology, han alertado sobre los efectos perjudiciales que puede tener la exposición a BPA sobre el feto en desarrollo, porque se relaciona a esta sustancia, que imita la acción de los estrógenos en el organismo, con diversos tipos de cáncer, como el cáncer de próstata, en modelos de ratones.
En 2011, la Comisión Europea aprobó una restricción al uso de BPA para fabricar biberones, con el objetivo de limitar la exposición de los bebés a esta sustancia, al considerar que los menores de seis meses no habían desarrollado un sistema de eliminación completo para liberarse con eficacia de la misma, y además en los bebés y niños pequeños resulta más peligroso porque el efecto tóxico depende de la dosis/peso corporal.Tras analizar diversos estudios la EFSA también concluyó que puede existir una relación entre la exposición al bisfenol A y algunas alteraciones observadas en riñón, hígado y glándulas mamarias en animales, por lo que redujo la ingesta diaria tolerable (IDT), indicando que la cantidad de 0,05 miligramos por kilo (mg/kg) de peso corporal establecida en 2006, pase a 0,005 mg/kg peso corporal/día.Aunque la EFSA ha insistido en que actualmente no hay riesgos para la salud de la población europea porque la exposición al bisfenol A está en niveles que no considera peligrosos –entre tres y cinco veces por debajo de los límites de seguridad recomendados–, y en 2015 publicó un informe en el que así lo aseguraba, también ha reconocido que podría ser un problema a largo plazo a tenor de las evidencias científicas que continúan apareciendo, por lo que sus conclusiones al respecto son preliminares y están sujetas a nuevos análisis de riesgos.Un reciente estudio de la Universidad de Granada, además, ha vuelto a hacer hincapié en el riesgo que supone manipular tickets térmicos que contienen BPA, y aunque algunos expertos han querido tranquilizar a la población explicando que la cantidad de esta sustancia a la que nos exponemos de esta forma es ínfima y muy alejada del máximo recomendado, está previsto que en 2020 la legislación europea obligue a que el contenido de BPA en este tipo de facturas no supere el 0,02%.
España prohíbe el uso de bisfenol A y ftalatos en envases alimentariosEn España, la Ley de Residuos y Suelos Contaminados para una Economía Circular aprobada en abril de 2022 prohíbe específicamente “la utilización de ftalatos y bisfenol A en envases”, por lo que no se podrá emplear para fabricar envases de alimentación como las latas de conservas y de bebidas.Aunque la legislación europea limita su uso, pero no lo prohíbe, tras conocerse los resultados de diversos estudios científicos, la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) decidió cambiar la recomendación de ingesta tolerable diaria, estableciéndola en 0,04 nanogramos por kilo de peso corporal, muy por debajo de lo que se había fijado en 2015, que marcaba 4 microgramos.De hecho, un reciente estudio realizado por el grupo de investigación de Oncología Básica y Clínica del Instituto de Investigación Biosanitaria de Granada encontró una asociación directa entre elevados niveles de bisfenol A (BPA) en niños de 9 a 11 años y problemas de pensamiento y comportamiento que se manifestaron durante su adolescencia, entre los 16-17 años.