Motivación, el motor de nuestros actos
27 agosto, 2021 0 Por dropharma_adminLa motivación, ese constructo del que todo el mundo habla, anhela… pero que muy pocos saben definir. La motivación es un ingrediente altamente deseado para poder conseguir el éxito en diferentes facetas de nuestra vida y vencer la pereza que a veces nos atenaza, pero ¿qué es exactamente?
La motivación no es un ente mágico ni caído del cielo, sino un concepto que indica el por qué de nuestro comportamiento, ya que los seres humanos actuamos porque tenemos motivos para hacer algo.
Para ello es necesario que se dé la combinación de diferentes elementos intelectuales (concentración, atención…), físicos (deseo, fuerza, etcétera), y psicológicos (expectativas, percepción de autocontrol…), que en diferentes circunstancias determinan las ganas o energía con las que se actúa, y de qué forma se dirige dicha energía.
Evidentemente, toda motivación nace como consecuencia de un motivo. Se entiende por éste el deseo desencadenado por un estímulo interno (por ejemplo el hambre), o externo (por ejemplo ganar más dinero), que dirige una conducta que tiene por objetivo conseguir dicho deseo o necesidad.
Teorías y tipos de motivación
Diversos investigadores han definido teorías acerca de la motivación, aquí tienes las más relevantes:
- Teoría de las necesidades de Maslow: estamos motivados para conseguir distintas necesidades clasificadas jerárquicamente; fisiológicas, de seguridad, sociales, estima, autorrealización. Según el hombre satisface estas necesidades ascendería desde la simple supervivencia a la autorrealización.
- Teoría del reforzamiento de Skinner: aquella conducta que se sigue de consecuencias positivas aumenta su probabilidad de repetición en un futuro, mientras que la conducta que tiene consecuencias negativas la disminuye (ley del efecto).
- Teoría de las metas de Locke: nos imponemos unas metas a lograr, pero para motivarnos debemos contar con las habilidades o estrategias para llegar conseguirlas.
- Teoría de la equidad de Adams: tendemos a valorar lo equitativo y justo de las recompensas recibidas. Estamos motivados cuando creemos que nuestra recompensa es equitativa a nuestro esfuerzo y justa respecto a las recompensas de otros por el mismo esfuerzo.
Respecto a los tipos de motivación, ésta puede diferenciarse en:
- Motivación intrínseca: el deseo que impulsa la conducta es interno. La ilusión, el interés, etcétera son ejemplos de estímulos internos que dan lugar a la conducta intrínseca que hace al individuo disfrutar “sin más” de lo que hace.
- Motivación extrínseca: es el deseo que impulsa la conducta para obtener una recompensa externa o evitar un castigo. El dinero, los regalos, un trabajo estable o evitar una regañina son algunos ejemplos de estímulos externos que dan lugar a la conducta intrínseca.
Efectos de la motivación en nuestra vida cotidiana
Estar o no motivados es fundamental en el resultado que obtendremos en diferentes ámbitos de nuestra vida cotidiana:
- Motivación laboral: existe una alta relación ente motivación y productividad. Herzberg propone que para que exista motivación laboral se deben conjugar “factores higiénicos” (relación con el supervisor, condiciones de trabajo, sueldos, relación con los compañeros, relación con los subordinados, estatus y seguridad) que evitan la insatisfacción laboral y “factores motivadores” (logro, reconocimiento, interés, responsabilidad) que aumentan la satisfacción y la productividad. La falta de motivación en el trabajo se encuentra entre las causas más comunes de síndromes como el burnout o síndrome del desgaste profesional u ocupacional.
- Motivación escolar: en el colegio la motivación es un aspecto clave para facilitar el aprendizaje. Para obtener buenos resultados académicos el alumno debe poseer motivación y habilidad. La motivación influirá en las intenciones, metas, percepciones y creencias del alumno. En su motivación influirán por un lado factores externos (profesor, compañeros y características de la tarea) y personales (conocimientos, destrezas, auto-conceptos, metas, etcétera). Todo ello influirá también en la motivación para estudiar del alumno.Motivación deportiva: en el deporte la motivación guarda una estrecha relación con el rendimiento y las expectativas. En ella influye enormemente la percepción de autocontrol de la situación basada en la interpretación de los éxitos y fracasos pasados (ha dependido de mí vs. dependen de los otros). Cuando un deportista siente que haga lo que haga los resultados serán independientes de su conducta, su nivel de motivación y, por consecuente el de su rendimiento, descienden.
Factores que influyen en nuestro nivel de motivación
La motivación es resultado de la interacción de diversos factores, que influirán en nuestras ganas según el área específica de la que estemos hablando (laboral, escolar…). Sin embargo, algunos factores aparecen en todas ellas. Entre los más importantes encontramos:
- La valencia: valor que ponemos a los posibles resultados de nuestras acciones. A mayor valor, mayor motivación.
- La expectativa: la creencia sobre la posibilidad de ver cumplidas nuestras metas. En ella influyen nuestras creencias sobre la capacidad de control sobre la meta.
- El tiempo transcurrido hasta obtener una recompensa: cuanto antes la obtengamos, mayor motivación.
- El reconocimiento interno/externo de nuestro comportamiento: el reconocimiento interno (motivación intrínseca) es el más potente. Cuando este falta o para acompañarlo no nos viene nada mal una pequeña dosis de motivación extrínseca.
Automotivación, ¿cómo conseguirla?
uién no se ha levantado una mañana sin ganas de nada, ni de trabajar, ni de hacer las labores de la casa… Y nos quedamos esperando, pensando cómo conseguir esa motivación que necesitamos para arrancar una tarea en el trabajo, o para decidirnos a hacer ese arreglo en casa que siempre dejamos para otro día. Debemos concienciarnos de que nosotros mismos somos la pieza clave para fomentar nuestros niveles de motivación.
Por eso, es importante que tengas en cuenta las siguientes técnicas para conseguir aumentar tu automotivación:
- Las ganas no vienen solas: muchas personas se confunden al creer que primero deben “tener ganas” y luego actuar. Esto es un error. Haz la prueba; primero actúa y después verás como tienes más ganas de continuar haciendo cosas. Mucha gente decide seguir trabajando una vez que ya ha empezado.
- Fíjate unos objetivos realistas: es bueno que dividas estos objetivos en sub-objetivos que te permitan valorar si efectivamente te estás acercando a la meta deseada. Ver que estamos en el camino correcto es muy motivante.
- Proporciónate algún premio cuando crees que has hecho las cosas bien.
- Evita postergar tareas: la postergación (aplazar las tareas sin motivo) puede hacer que tus niveles de motivación desciendan por verte incapaz de conseguir tus objetivos.
- Aprende habilidades: si para conseguir un objetivo crees que te faltan técnicas específicas, intenta adquirirlas o pide ayuda a otra persona para que te las enseñe.