Los últimos ensayos y la distribución de un probiótico contra la tuberculosis, más cerca
15 julio, 2019Un año y cuatro meses después de constituirse, Manremyc, la primera spin-off creada desde el Institut d’Investigació en Ciències de la Salut Germans Trias i Pujol (IGTP) –del cual es patrón la UAB- , ha conseguido una segunda ampliación de capital de 300.000 euros. Esto le permitirá terminar los ensayos clínicos para constatar la eficacia de un suplemento alimentario destinado a reducir el riesgo de que las personas infectadas por la bacteria de la tuberculosis desarrollen la enfermedad. También se podrán buscar socios internacionales para comercializar, a menos de 5 euros por persona y año, este alimento funcional a los países con más infecciones y muertos por la patología.
Manremyc es una compañía nacida a partir del trabajo de los investigadores de la Unidad de Tuberculosis Experimental (UTE) de Germans Trias. Esta Unidad, liderada por el doctor Pere-Joan Cardona, profesor médico asociado de la UAB, se dedica desde 1997 al estudio de los mecanismos patogénicos que causan la tuberculosis. En diecisiete años de trabajo, han llevado a cabo varias aportaciones innovadoras en referencia a las causas de la enfermedad, y han concluido que las personas infectadas que la desarrollan lo hacen porque su cuerpo genera una respuesta inflamatoria demasiado intensa contra las bacterias, que acaba siendo perjudicial contra el propio cuerpo. A partir de este hallazgo, y después de revelar también que el tratamiento con antiinflamatorios comunes como el ibuprofeno ayuda a curar la patología, han decidido buscar un mecanismo para regular la respuesta inflamatoria y evitar que sea lo bastante exagerada como para causar la enfermedad.
Así es como han creado Nyaditum resae®, un suplemento alimentario fabricado a partir de una micobacteria inactivada por calor que es de la misma familia que la que causa tuberculosis, pero presente en el medio ambiente. Esta micobacteria, llamada Mycobacterium manresensis, fue descubierta en el agua del río Cardener, en Catalunya, e identificada por primera vez por los investigadores de la UTE. El probiótico resultante, al ser administrado en comprimidos durante dos semanas, provoca que el cuerpo aprenda a tolerar de forma natural a la micobacteria de la tuberculosis, de modo que la respuesta inflamatoria que genera contra el microorganismo, en caso de infección, es menos intensa. Esto ha de evitar que se desarrolle la enfermedad, como ya se demostró en ratones y como se prevé constatar de forma indirecta en humanos durante los próximos meses, cuando se obtendrán los resultados del ensayo clínico que ahora termina, el cual, por otro lado, confirmará la seguridad del producto. “Al tomar por vía oral un probiótico como este repetidamente, el sistema inmunitario lo acaba considerando un alimento, como si se acostumbrara. Así es como generamos tolerancia del cuerpo a este tipo de micobacteria y evitamos una reacción demasiado intensa contra la bacteria de la tuberculosis”, explica el doctor Cardona.
El apoyo de varios accionistas iniciales permitió poner en marcha la producción industrial, que es propia gracias a convenios con universidades como la UAB y la UB. La colaboración con la UAB se ha realizado con la Planta Piloto de Fermentación de la Escuela de Ingeniería, que se ha encargado de desarrollar el proceso para obtener el probiótico a escala semi-industrial.También permitió iniciar los ensayos, que están terminando y que se prevé que constatarán que este alimento funcional no tiene efectos secundarios y que funciona como moderador de la respuesta inflamatoria.
Un millón y medio de muertes anuales
La tuberculosis es una enfermedad infecciosa provocada por la entrada en el organismo de una bacteria del género Mycobacterium, que normalmente se instala en los pulmones. La mortalidad es muy baja porque se trata con antibióticos. No obstante, en el mundo, la tuberculosis causa un millón y medio de muertos al año, y se registran 100 millones de nuevas infecciones y ocho millones de nuevos casos que desarrollan la enfermedad.
La Unidad de Tuberculosis Experimental de Germans Trias es una entidad reconocida internacionalmente y líder en el diseño y la evaluación de nuevas estrategias terapéuticas contra la tuberculosis, lo que le ha permitido una potente red internacional de colaboraciones. Una de las primeras aportaciones rompedoras de esta Unidad fue la llamada Hipótesis dinámica, la cual sostiene que las bacterias causantes de la tuberculosis no están quietas una vez llegan al tejido pulmonar, sino que mientras se reproducen van pasando a formar parte de los aerosoles que se generan en los pulmones y reinfectan nuevos puntos del tejido. Esto causa lesiones constantes, que el pulmón envuelve con fibras de colágeno para intentar reducir la capacidad de las bacterias de moverse y producir reinfecciones. A partir de la Hipótesis dinámica, los investigadores han demostrado también que las personas infectadas que desarrollan la enfermedad lo hacen porque la reacción inflamatoria que su cuerpo genera contra las bacterias es muy intensa, lo que aumenta el tamaño de las lesiones tuberculosas. También han creado la Vacuna Ruti para el tratamiento de la infección latente, que actualmente está desarrollando la biotech Archivel Farma y que continúa en el camino de conseguir financiación para ser una realidad.