Probióticos y salud: una reflexión necesaria

Probióticos y salud: una reflexión necesaria

24 mayo, 2025 0 Por dropharma_admin

Resumen

Avances en la fisiopatología han ubicado el papel protector de las bacterias probióticas como elemento importante a tener en cuenta en la prevención y tratamiento terapéutico de desórdenes intestinales e infecciones urogenitales recurrentes. Con el objetivo de actualizar los conocimientos respecto al tema, se realizó una revisión bibliográfica en la que se expuso,  en primer lugar,  las características primarias de las bacterias prebióticas,  así como también sus principales efectos sobre la anatomía y fisiología del segmento digestivo y urogenital en la nutrición,  y finalmente sus efectos terapéuticos sobre nuestro organismo. Se concluyó que las bacterias probióticas constituyen una herramienta dietética disponible que disminuyen la susceptibilidad de sufrir infecciones, manteniendo la flora intestinal y urogenital sana y balanceada, con niveles inmunológicos aceptables, por lo cual deben ser incorporadas como elementos nutritivos obligatorios en nuestra dieta diaria.

Palabras clave: Prebióticos, bacterias prebióticas, productos fermentados, alimentos saludables.                         

Siempre el hombre ha consumido productos fermentados para transformar materias primas perecederas en alimentos con un gusto óptimo, estables,  desde el punto de vista microbiológico, digestibles y con un elevado valor nutricional (vino, cerveza, y quesos). 

Por productos fermentados entendemos aquellos que son el resultado final de una serie de transformaciones que requieren la intervención de levaduras, mohos y bacterias lácticas. Estas son bacterias Gram positivas que fermentan el azúcar produciendo,  sobre todo,  ácido láctico.1 Sin embargo, hay que recordar que las modernas tecnologías de producción han eliminado en gran parte el contenido beneficioso microbiano de los alimentos, reduciendo por lo tanto las defensas naturales que contenían los alimentos producidos de manera tradicional.

Desarrollo

En 1989 Fuller define de esta manera el término probiótico: “un complemento alimenticio a base de microorganismos vivos y vitales que produce efectos beneficiosos sobre el organismo animal, mejorando el equilibrio microbiano intestinal”.1

En realidad, algunos investigadores hablan de probióticos ya en los años 60, contra- poniendo el término probiótico al concepto de antibiótico. Prácticamente, si el antibiótico cura una infección matando las bacterias responsables, el probiótico previene el problema, enriqueciendo la microflora intestinal con bacterias positivas, o sea, a favor de la vida.1

Como ya se ha dicho, la flora intestinal constituye un complejo ecosistema en el que muchas especies de bacterias viven en una relación simbiótica; pero para mantener el organismo joven y sano, es fundamental preservar este equilibrio bacteriano. Es sobre todo en el intestino, en efecto, que se produce la asimilación de los nutrientes y la eliminación de los residuos metabólicos, energéticos y neurohormonales.2

Para una higiene intestinal eficaz es necesario, por lo tanto, cuidar atentamente la alimentación. Es aconsejable consumir alimentos llamados probióticos (por ejemplo,  el yogurt), que contengan microorganismos buenos en condiciones de perfecta vitalidad y capaces de integrarse a la flora autóctona del organismo proporcionando efectos beneficiosos.3-5

Sin embargo, si estamos en presencia de un desorden intestinal, es necesario seguir una terapia más enérgica,  y tomar productos que contengan más microorganismos de los que contienen los productos fermentados. El contenido microbiano del tratamiento tiene que ser adecuado a la gran cantidad de microorganismos y a la gran variedad de especies presentes en el intestino.6

Características de las bacterias probióticas

Las especies y las bacterias que se pueden utilizar en medicina clínica como probióticos se seleccionan sobre la base de una serie de requisitos que estas deben poseer. Encontrar microorganismos verdaderamente activos, vitales y eficaces lleva muchos años de investigación; y precisamente con el fin de encontrar bacterias cada vez más seguras y eficaces, en los últimos años se han llevado a cabo una serie de proyectos de investigación, algunos financiados por la Comunidad Europea y otros por sociedades privadas,  que apuntan a definir las características que deben tener las bacterias probióticas. Particularmente hay que considerar:1

  • Seguridad biológica: no deben causar infecciones de órganos o de sistemas.

Capacidad de ser toleradas por el sistema inmunitario del organismo huésped, y, por lo tanto, deben ser preferiblemente de proveniencia intestinal.Capacidad de resistir la acción de los ácidos gástricos y de las sales biliares,  para que puedan llegar vivas en grandes cantidades al intestino.Capacidad de adherirse a la superficie de la mucosa intestinal y de colonizar el segmento gastrointestinal.Sinergia con la microflora endógena normal.Efecto barrera: este término define la capacidad de producir sustancias que tengan una acción trófica sobre el epitelio de la mucosa intestina.Capacidad de potenciar las defensas inmunitarias del huésped.

Principales efectos saludables de los probióticos

Digestión de las proteínas: proteólisis

Entre los efectos nutricionales de los prebióticos está el de mejorar la digestibilidad de los alimentos. Gracias al aporte enzimático, la flora probiótica contribuye a mejorar la digestión de los alimentos, y  favorece,  sobre todo,  la digestión de las proteínas. Se sabe que las moléculas de las proteínas son difíciles de digerir, pero con el aporte de las bacterias probióticas, las proteínas ingeridas se transforman, gracias a las enzimas proteásicas de los probióticos, en moléculas más pequeñas (polipéptidos,  y luego aminoácidos),  y por eso más digestibles. Esta propiedad puede ser apreciada especialmente en pediatría, en geriatría, durante las convalecencias,  y en todos los casos en que haya mala absorción.1, 7-11

Digestión de las grasas: lipólisis

También las grasas sufren una transformación por obra de la flora probiótica: la enzima lipasa de los probióticos las transforman en ácidos grasos y glicerol. Además de tener una función particularmente útil en las preparaciones dietéticas para lactantes, ancianos y convalescientes, está indicada especialmente en el tratamiento de las enfermedades del metabolismo (desconjugación de las sales biliares y transformación del colesterol en los lípidos séricos de las hipercolesterolemias e hiperlipemias en general). La administración de células bacterianas lácticas a ratones y conejos tiene el efecto de disminuir los valores de colesterol plasmático, evidenciando la influencia sobre la absorción intestinal del colesterol endógeno o que deriva de la dieta.8, 12

Digestión de la lactosa y asimilación de los aminoácidos

La mayoría de las bacterias que constituyen la flora subdominante (población inferior a 107 x g), especialmente los lactobacilos, produce una relevante cantidad de Betagalactosidasas. El hecho resulta significativo en los sujetos que presentan intolerancia hacia la lactosa, porque la Betagalactosidasa producida por las bacterias lácticas parece estimular la producción de la lactasa residual a nivel del enterocito; y en consecuencia, se obtiene una mayor tolerancia a la lactosa,  ya que la enzima determina la hidrólisis de glucosa y de galactosa, de fácil absorción por parte de la mucosa intestinal.13

Se activan, además, otras reacciones enzimáticas capaces de intervenir sobre los residuos inutilizados por el contenido intestinal: Alfa-D-glucosidadas, Alfa-maltosidadas, Alfa-D-xilosidadas. La digestibilidad de los alimentos se podría aumentar también gracias a la predigestión de factores no nutricionales, como el ácido fítico y los glucosinatos, en substratos asimilables por parte del huésped. Los probióticos permitirían mejorar, además, la asimilación de los aminoácidos esenciales para el huésped, sintetizándolos o inhibiendo la acción de las desaminasas y de las descarboxilasas bacterianas producidas por la microflora del tracto digestivo.13, 14

Síntesis de las vitaminas del grupo B

Algunos cultivos de bacterias probióticas requieren, para su actividad metabólica, justamente de las vitaminas del grupo B (por eso se justifica la asociación de vitaminas del grupo B en formulaciones asociadas), mientras que otras logran sintetizar directamente vitaminas (K, B12, B9, H, B2, B5),  cuya actividad es particularmente útil justamente para la función fisiológica del aparato gastrointestinal.15

Efectos sobre la anatomía y la fisiología del segmento digestivo

El ecosistema microbiano del aparato digestivo actúa sobre numerosas propiedades fisiológicas, sobre todo,  en lo que se refiere al proceso de absorción a nivel intestinal. La microflora interviene aumentando 2-5,16 el volumen de los compartimientos digestivos, la superficie intestinal de absorción, las dimensiones de las microvellosidades y su renovación celular, y el tránsito digestivo y la motilidad intestinal.

Efectos terapéuticos

La acción antagonista hacia gérmenes patógenos es la acción más importante de la microflora digestiva,  es decir, proteger frente a las infecciones y la colonización, por parte de gérmenes patógenos, del tubo digestivo. Los distintos mecanismos que forman la primera línea de defensa del huésped de las infecciones intestinales se llaman resistencia a la colonización, exclusión competitiva o efecto barrera. La represión de los gérmenes patógenos se puede dar de distintos modos:1, 6-18

  • La producción de ácidos orgánicos, como el ácido láctico o acético, a partir de los glúcidos provenientes de los alimentos actúa bajando el ph y limitando el desarrollo de Escherichia coli y de la salmonelas. Además, la acidificación del tubo digestivo parece favorecer los movimientos peristálticos del intestino.
  • Reprimen el crecimiento de las bacterias patógenas, gracias a la producción de sustancias antimicrobianas del tipo de la bacteriocina, que inhiben los gérmenes que a menudo causan las infecciones.
  • Algunas bacterias utilizadas tienen la capacidad de desconjugar las sales biliares: las formas desconjugadas poseen una capacidad de inhibición mayor sobre el desarrollo de las bacterias que las formas conjugadas.
  • Inhiben el arraigo de los gérmenes patógenos,  gracias a la competición para la colonización. La adherencia de los probióticos a las células intestinales permitiría una colonización rápida y focalizada del tubo digestivo. El establecimiento de gérmenes indeseables se podría evitar también gracias a una inhibición competitiva de los prebióticos,  debido al consumo de los nutrientes en lugar de las bacterias patógenas.
Estimulación de la inmunidad

Las bacterias tienen una acción estimulante sobre el sistema inmunitario del huésped, ya que actúan tanto sobre las células implicadas en la inmunidad natural,  como en las relacionadas con la inmunidad específica,  y también sobre los macrófagos. Además, parece que la presencia de los microorganismos probióticos favorece la reproducción de anticuerpos, especialmente las lgA secretoras en la luz intestinal. Las lgA pueden inhibir la adherencia de las bacterias patógenas a la superficie de las mucosas1,19 causando la aglutinación de las bacterias, fijándose en las adhesinas, o sea,  sobre los factores de adherencia presentes en la superficie de las bacterias, e interfiriendo con las interacciones adhesinas/receptores celulares.

Gracias a su acción sobre el sistema inmunitario, las bacterias lácticas se podrían utilizar con fines de prevención contra las infecciones intestinales, como protección contra daños relacionados con el sistema inmunitario, específicamente como inmunomoduladores.

Neutralización de los productos tóxicos

La inactivación de los compuestos tóxicos gracias a las bacterias lácticas representa otro aspecto muy importante de la acción probiótica y terapéutica de ellas. Parece que los probióticos atenúan el catabolismo intradigestivo, orientando la función hepática. Se pueden acumular en la microflora intestinal para reducir la absorción de sustancias tóxicas como el amoníaco, los aminados y el indol. Parece también que disminuyen la biotransformación de las sales biliares y de los ácidos grasos en productos tóxicos.20, 21

Lucha contra el estrés

El estrés es uno de los factores que influye en la variación de la microflora digestiva,  provocando una alteración de la fisiología general y, por lo tanto, también de la del aparato digestivo. Cualquier situación de estrés, independientemente de su naturaleza (emociones, frío, cansancio psicofísico, etc.), produce un aumento de los movimientos peristálticos y de las secreciones de HCL y de mucus a nivel del tracto digestivo. Como consecuencia, se modifica la microflora y las actividades que dependen de ella.1, 22

Protección contra las infecciones intestinales

Muchas investigaciones han demostrado que las bacterias lácticas pueden ejercer una actividad antimicrobiana sobre algunos componentes patógenos de la flora intestinal. La actividad antimicrobiana de las bacterias lácticas se debe a la acumulación de bacteriocinas, antibióticos, agua oxigenada, ácido láctico y ácido benzoico. Las bacterias lácticas constituyen un verdadero antídoto eficaz contra las infecciones entéricas, cuya frecuencia actualmente está aumentando en los turistas y en las personas que viajan.2, 3-5

Protección del aparato urogenital

El aparato urogenital de la mujer sana es un ecosistema caracterizado por una flora microbiana compleja, cuyo equilibrio sufre numerosas fluctuaciones. El predominio de los lactobacilos en el aparato urogenital de los sujetos sanos (más del 90 % de las personas tratadas) se ha relacionado al efecto de protección que estos ejercen contra la invasión de las cavidades del cuerpo por parte de microorganismos patógenos, tanto endógenos como exógenos.1, 2 El estudio comparado de la microflora urogenital de las mujeres en buenas condiciones de salud y de las mujeres con infecciones urinarias o vaginales,  ha demostrado claramente que los episodios infecciosos se asocian a una disminución importante, o hasta una desaparición, de los lactobacilos endógenos. Estas observaciones confirman la idea de que los lactobacilos endógenos representan, en la prevención de las infecciones urogenitales, un papel similar al que tienen en el intestino.

Conclusiones

Los probióticos  y/o favorecedores de la vida constituyen una importante fuente de salud, al garantizar un equilibrio a nivel de nuestra microflora endógena, fortaleciéndonos el sistema inmune, y mejorando las funciones anatomofisiológicas de nuestro organismo. El uso de estos antibióticos naturales debe ser objeto de acciones médicas de promoción a nivel comunitario por Médicos y Enfermeras de Familia, para de esta forma contribuir a una mejor calidad de vida de la población mediante estilos de vida más saludables.

Recomendaciones

Capacitar a Médicos y Enfermeras de Familia sobre la importancia de los alimentos probioticos, y promover información u orientación a la comunidad, con enfoque epidemiológico de riesgo, dirigidas a promover estilos de vida y patrones de consumo saludables.

Trabajo tomado desde el sitio Scielo:
Cabrera Cao, Yanet, & Fadragas Fernández, Alejandro. (2005). Probióticos y salud: una reflexión necesaria. Revista Cubana de Medicina General Integral21(3-4) Recuperado en 24 de mayo de 2025, de http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0864-21252005000300028&lng=es&tlng=es.