Alergia en las mascotas

Alergia en las mascotas

19 mayo, 2025 0 Por dropharma_admin

Las alergias alimentarias o ambientales causan gran malestar en las mascotas, pero un diagnóstico precoz y un buen tratamiento pueden evitar o aliviar los síntomas a tu gato o perro, o incluso solucionar el problema.El sistema defensivo de nuestras mascotas se parece en gran medida al nuestro, y es el encargado de protegerlas frente a los elementos ajenos al cuerpo que pueden perjudicarlo. Es capaz de detectar y eliminar muchos microorganismos, e incluso de generar un efecto memoria, protegiéndolas de nuevas infecciones. Sin embargo, –al igual que ocurre en las alergias de los humanos–, a veces también provoca una respuesta de ataque inadecuada contra determinados alérgenos, sustancias que no son perjudiciales para el resto de las mascotas, y que contactan a través de la piel, o el tracto respiratorio o gastrointestinal.

Esto se conoce como una reacción de hipersensibilidad de tipo I o inmediata, en la que intervienen el sistema inmune humoral (linfocitos T y B), inmunoglobulinas E (Igs E), mastocitos y mediadores de la inflamación. En definitiva, aunque no le veas usando kleenex en primavera, tu animal de compañía también puede sufrir alergia.

Independientemente de la sustancia que desencadene una reacción alérgica o de hipersensibilidad tipo I en nuestra mascota, el sistema inmune se comporta de manera similar, dando lugar a manifestaciones clínicas parecidas. Los síntomas más frecuentes de la alergia en los animales son el eritema (enrojecimiento de la piel), el edema (acumulación de líquido), y el prurito (picor) a consecuencia de la liberación de histamina y otros mediadores de la inflamación por todo el cuerpo del animal.

Alérgenos y tipos de alergia más habituales en las mascotas

Los dos tipos más comunes de alergia en nuestras mascotas son la alimentaria y la ambiental, y pueden padecer solo un tipo o ambos:

Alergia alimentaria en los animales: en la primera el alérgeno es uno o varios ingredientes de su dieta habitual, que contacta con el animal durante su paso por el tracto digestivo, estimulando la respuesta de hipersensibilidad. La mayoría de las veces, los alérgenos causantes de la misma son cereales (maíz, trigo, arroz), legumbres (soja) y proteínas (pollo,

En la alergia ambiental de perros, gatos y otros animales pueden estar implicados pólenes de plantas o árboles (gramíneas, llantén, chopo…), ácaros del polvo, saliva de pulga o microorganismos como Staphylococcus o Malassezia. Estos alérgenos contactan directamente con el animal a través de la piel o las mucosas. La mayoría de individuos con alergia ambiental son atópicos, aunque también puede existir un componente alimentario.

La dermatitis atópica o atopia es una condición genética en la que el animal tiene tendencia a desarrollar una enfermedad inflamatoria y pruriginosa de la piel, con la producción de Igs E frente a alérgenos ambientales.

Factores predisponentes a la alergia en las mascotas

Además de la atopia, esa predisposición genética a reaccionar frente a alérgenos ambientales, existen otros factores que influyen en la aparición de cuadros alérgicos en nuestros peludos amigos. La zona geográfica juega un papel importante desde el punto de vista climatológico, ya que en las zonas más húmedas, la prevalencia de ácaros es mayor, mientras que en las zonas más secas, la concentración de pólenes cobra más importancia.

Se cree que una de las causas del aumento de la incidencia de alergias es la transformación de los alérgenos al adherirse a sustancias contaminantes, como el plomo, que actúan como verdaderos catalizadores.

Síntomas de la alergia en las mascotas: cómo detectarlaPosiblemente alguna vez has sospechado por diversas señales que tu perro, gato o animal de compañía pueda sufrir algún tipo de alergia. Para poder identificar la alergia en tu mascota, debes saber que en las reacciones de hipersensibilidad aguda, la mascota suele presentar lesiones dermatológicas durante las primeras 24 horas tras la exposición al alérgeno, como eritema y habones o ronchas, que ocasionan un intenso prurito.

También es frecuente la aparición de edemas o acúmulos de líquido en la zona de contacto del animal con el alérgeno, otras partes distantes o, en casos más graves, en la laringe, comprometiendo la respiración de tu mascota.

El shock anafiláctico es una reacción aguda y potencialmente mortal en la que los componentes sanguíneos que median la reacción alérgica se disparan, llegando a causar hipotensión severa y la muerte del animal.

Síntomas de la alergia alimentaria y ambiental en mascotas

En este caso los síntomas son menos graves, pero se mantienen mientras persista el estímulo alérgico. Son típicos de la alergia alimentaria y la ambiental. Los principales signos clínicos son el eritema y el prurito. A consecuencia de este último el animal puede lesionarse la piel mientras se rasca, por eso es frecuente la aparición de excoriaciones (arañazos), alopecia o hipotricosis (falta de pelo), erosiones y costras. Además, con el lamido constante para aliviar el picor, el pelo se tiñe, especialmente en perros de capa blanca.

En el caso de los perros con atopia, estas lesiones se observan con más frecuencia en los espacios interdigitales y el abdomen. Los animales con dermatosis alérgica a la picadura de la pulga (DAPP) suelen mostrar alopecia, costras y pústulas en la zona lumbar. En la alergia alimentaria, además de los signos dermatológicos, son frecuentes los episodios intermitentes de diarrea aguda.

A consecuencia de la inflamación, la barrera protectora natural de la piel de la macota alérgica se deteriora, los alérgenos llegan más fácilmente, agravando el problema, e incluso las heridas autoinducidas pueden infectarse, apareciendo pústulas. También son frecuentes las otitis. En algunas mascotas se genera exceso de secreción sebácea o seborrea, observándose escamas o caspa sobre el pelo.

A veces se produce sobrecrecimiento de Malassezia, unas levaduras comensales de la piel, que se multiplican en exceso, originando prurito, secreción marronácea y mal olor, especialmente en los oídos y en los pliegues de la piel, como los espacios interdigitales. Cuando el estímulo alérgico persiste, la inflamación se cronifica y aparecen signos como la hiperqueratosis (piel engrosada) o la hiperpigmentación (coloración anormalmente oscura de la piel).

Cómo se diagnostica la alergia en mascotas

Cuando nuestra mascota se rasca o lame excesivamente suele ser por picor y debemos sospechar de alergia, pero hay otras enfermedades comunes que cursan con prurito, como algunas sarnas, las infestación por pulgas o el estrés felino. Tras descartar estos procesos, la alergia en los animales se puede confirmar mediante pruebas de hipersensibilidad. Actualmente existen dos métodos: la detección de inmunoglobulinas E (Igs E) en suero, y el test de intradermorreacción.

En el primero se toma una muestra de sangre para analizarla en el laboratorio. Lo que se detecta es la presencia de Igs E que sintetiza el sistema inmune del animal frente a determinados alérgenos. Normalmente se realizan pruebas frente a un panel de alérgenos alimentarios y ambientales habituales, como el maíz, trigo, soja, pollo, polen de gramíneas, ácaros del polvo y saliva de pulga. 

n el test de intradermorreacción se inoculan en la piel pequeñas muestras de una serie de alérgenos en varios puntos separados, observando el habón que se forma alrededor, y evaluando la respuesta de las IgE presentes en la dermis y la degranulación de los mastocitos frente a las sustancias extrañas.

En el caso de la alergia alimentaria también se puede realizar una dieta de eliminación, que consiste en administrar exclusivamente un alimento hipoalergénico durante unas semanas, para posteriormente reintroducir la dieta anterior y comprobar si efectivamente hay recidiva debido a la alergia de nuestro animal de compañía a alguno de los componentes.