
Hipertensión en los gatos: cómo detectarla y tratarla
19 mayo, 2025Algunas enfermedades provocan daños en el organismo sin que nos demos cuenta, y la hipertensión arterial en los gatos es uno de esos casos. Te contamos por qué aumenta la presión arterial en los felinos, y cómo se puede detectar a tiempo para evitar las consecuencias de este enemigo silencioso en la salud de tu mascota.
Cuándo se considera que el gato tiene hipertensión arterial
El corazón de los gatos está constantemente bombeando sangre que viaja por todo el organismo a través de los vasos sanguíneos. En cada sístole (contracción) y diástole (relajación) cardíaca, la sangre ejerce presión en las paredes de los vasos sanguíneos, lo que conocemos como presión o tensión arterial asistólica y diastólica.
La tensión arterial normal en los gatos se encuentra entre 120-140 mmHg (milímetros de mercurio). Entre 140-159 mmHg se considera que el animal es prehipertenso, entre 160-179 mmHg que padece hipertensión moderada, y a partir de 180 mmHg, hipertensión severa.
La HTA felina es la enfermedad cardiovascular más importante y frecuente en gatos mayores, sobre todo a partir de los 7 años. La hipertensión felina suele ser secundaria y, muchas veces, el primer síntoma de una enfermedad sistémica latente.
Causas de hipertensión felina y factores predisponentes
Existen distintas causas de elevación de la presión arterial en los gatos, siendo la más habitual la secundaria, es decir, la originada por enfermedades subyacentes. Estos son los tipos de hipertensión:
- Primaria o idiopática: no guarda relación con el padecimiento de otras enfermedades, o su origen concreto no se conoce, pudiendo tener una base genética. Es la más frecuente en humanos, pero no en los gatos, ya que solo la paden entre un 13 y un 20% de los gatos hipertensos1.
- Secundaria: la más frecuente, causada por enfermedades como la insuficiencia renal crónica2 o trastornos endocrinos como la diabetes o el hipotiroidismo. Se considera que el 60% de los gatos con daño renal y el 20% de los gatos con hipotiroidismo3 son hipertensos. También puede deberse a feocromocitoma4, hiperaldosteronismo, el hiperadrenocorticismo y tumores suprarrenales, suelen ser rarísimos, pero pueden producir catecolaminas que elevan la presión arterial.
- “De bata blanca”: se produce en un momento puntual, a consecuencia del estrés o miedo, incluso en la visita al veterinario. El problema surge cuando la elevación de la presión se mantiene en el tiempo; esa es la verdadera hipertensión.
Algunos factores, como la edad –especialmente a partir de los siete años– la obesidad o la inactividad, predisponen a desarrollar hipertensión. Además, la insuficiencia renal o el hipotiroidismo felino suponen un riesgo para sufrir hipertensión.
Síntomas de la hipertensión en los gatos: por qué es tan peligrosa
La hipertensión produce efectos adversos sobre los órganos que dependen de un alto riego arterial, como el cerebro y el sistema nervioso, los ojos, el riñón y el corazón. El principal problema radica en que no se observan síntomas hasta que no se han producido daños graves, incluso irreversibles. Por eso, es tan importante anticiparnos realizando visitas periódicas al veterinario, que medirá la presión arterial a nuestro gato y llevará un registro.
Debido a que muchas veces no da síntomas visibles hasta que ya ha causado daños irreversibles en órganos vitales se le conoce también como asesina silenciosa, y por ello la detección precoz es clave. La presión alta puede afectar así a los órganos diana del gato5:
- Ojos: puede causar hemorragias intraoculares (hifema) o desprendimiento de retina6, llevando a ceguera súbita, en ocasiones irreversible, o lesiones oculares7 más sutiles como sangrado o inflamación en la parte posterior del ojo.
- Riñones: acelera los sítomas y el deterioro de los gatos con enfermedad renal crónica, como polidipsia y poliuria (beber y orinar más de lo normal).
- Corazón y aparato circulatorio: puede provocar alteraciones cardíacas en hasta el 60 % de los gatos, como engrosamiento del músculo cardíaco, síntomas de insuficiencia cardiaca congestiva por incremento del tamaño del ventrículo izquierdo, y fallo cardíaco (menos frecuente).
- Cerebro y sistema nervioso: hemorragias intracraneales, que producen cambios en el comportamiento (menor actividad, maullidos, rechazo al contacto humano), o problemas neurológicos como inestabilidad, ataxia, temblores, demencia, desorientación o convulsiones y coma, y que pueden presentarse en 4 de cada diez gatos afectados.
Síntomas de las enfermedades que causan hipertensión en los gatos
Dado que en los gatos la hipertensión arterial está frecuentemente causada por otras enfermedades primarias, es fácil que se detecten en primer lugar los síntomas relacionados con ellas. Por ejemplo, los gatos con insuficiencia renal crónica suelen beber y orinar más de la cuenta, perder apetito y peso, y presentar síntomas digestivos como vómitos o úlceras orales. Los gatos con hipertiroidismo experimentan reducción de peso, aun comiendo más de lo habitual, e hiperactividad. Para diagnosticar estas enfermedades es necesario realizar analíticas de sangre y orina.
Diagnóstico de la hipertensión felina: cómo se mide la tensión en los gatos
Actualmente las clínicas veterinarias disponen de aparatos para medir la tensión arterial de manera específica en los animales de compañía. Existen varios métodos, como el Doppler8 y el método oscilométrico de alta definición9. Se coloca un manguito en la extremidad anterior o en la cola del gato, que se infla y desinfla.
Para evitar el “efecto de bata blanca” la toma de tensión debe ser lo primero que se realice al llegar a la clínica veterinaria, en un ambiente tranquilo, sin ruidos fuertes, y repitiendo la medición 2-3 veces. Como es un procedimiento indoloro, los gatos suelen acostumbrarse rápidamente al ver que no ocurre nada malo, aunque algunos felinos se sienten mas seguros si la medición se lleva a cabo dentro de su transportín.
Tratamiento de la hipertensión en los gatos
Si detectamos síntomas compatibles con hipertensión en nuestro gato, debemos acudir a la consulta veterinaria para medir la presión arterial y descartar que padezca alguna de las posibles enfermedades que provocan esta condición, mediante una analítica de sangre y orina. La insuficiencia renal crónica y el hipotiroidismo deben tratarse con medicación y dieta específica. Aunque al iniciar el tratamiento del hipertiroidismo la hipertensión puede remitir, en el caso de la insuficiencia renal y la hipertensión idiopática es necesario instaurar tratamiento farmacológico.
Todos los gatos con más de 160 mmHg deben recibirlo, así como aquellos con menos de 150 mmHg, pero que manifiesten daños en los órganos diana. Los fármacos más utilizados son el amlodipino10 y el telmisartán. El primero es el fármaco de elección, que suele darse una dosis inicial de 0,125–0,25 mg/kg una vez al día11, y logra controlar la presión eficazmente en 2-3 días. Sus efectos secundarios son raros: letargia y taquicardia refleja. Por su parte, el telmisartán está indicado especialmente si hay proteinuria o ERC. En ocasiones, se añade benazepril si hay proteinuria12 o albuminuria, o si la hipertensión persiste sin control tras un aumento de la dosis de amlodipina.
Generalmente se tardan de dos a cuatro semanas en normalizar los valores de presión arterial, utilizando posteriormente una dosis de mantenimiento durante toda la vida del felino. No dejes de dar el medicamento aunque lo veas bien. La HTA vuelve rápidamente al suspender tratamiento.
Si tu gato vomita o rechaza medicación, existen formas líquidas o geles transdérmicos (menos efectivos, pero útiles en algunos casos).
Cuidados y seguimiento del gato hipertenso
Los gatos diagnosticados de hipertensión pueden llevar una vida completamente normal, acudiendo a la consulta veterinaria periódicamente para medir la presión arterial y controlar la evolución de las enfermedades concomitantes mediante analíticas. Inicialmente es necesario medir la tensión más a menudo para ver la respuesta al tratamiento. Después es recomendable visitar al veterinario cada 3-6 meses, según la evolución.
En cuanto a la alimentación del gato hipertenso, es bueno que tengan una dieta equilibrada, controlando el peso y evitando un aporte excesivo de sal.
Prevención y detección precoz de la hipertensión en los gatos
La medicina preventiva es uno de los pilares de la salud humana y animal. En el caso de la hipertensión es muy importante la detección temprana, antes de que haya causado daños irreversibles en los órganos diana del animal. Por eso, es recomendable realizar un chequeo de salud anual a todos los gatos adultos, que incluya la medida de la presión arterial y la exploración ocular, aunque esté aparentemente sano.
Esto es especialmente importante en los gatos de más de ocho años, a los que es recomendable realizarles una analítica de sangre y orina para detectar enfermedad renal crónica o hipotiroidismo de forma precoz. Por otro lado, consulta ante cualquier signo de ceguera súbita o cambios de comportamiento: pueden ser los únicos signos de hipertensión.
Además, se deben evitar los factores predisponentes de la tensión alta, como la obesidad y el sedentario proporcionándoles una alimentación equilibrada y favoreciendo que hagan ejercicio físico y jueguen a diario.