El tamaño del cerebelo es menor en personas con estrés postraumático
14 febrero, 2024Comprueban que en adultos con estrés postraumático el cerebelo, un área del cerebro que regula la coordinación y el movimiento y puede influir en las emociones, es un 2% más pequeño, un hallazgo que ayudará a mejorar el tratamiento de este trastorno.
El trastorno de estrés postraumático (TEPT) es un problema de salud mental que se produce al experimentar o presenciar un suceso traumático, como un accidente de tráfico, un desastre natural, un abuso sexual, el abandono o muerte de un ser querido… La mayoría de las personas que sufren una experiencia potencialmente traumática no desarrolla este trastorno, pero las que lo padecen pueden tener síntomas como miedo, ansiedad, pensamientos negativos o recuerdos del evento traumático, alteraciones del sueño, inseguridad, dificultades de concentración, aislamiento social…
Un nuevo estudio realizado por científicos de la Universidad de Duke (Estados Unidos) ha encontrado que los adultos que sufren estrés postraumático tienen alrededor de un 2% más pequeño el cerebelo, una zona del cerebro que contribuye a coordinar el movimiento y el equilibrio, y que puede influir en las emociones y la memoria, que precisamente se ven afectadas por este trastorno. Los resultados del trabajo se han publicado en Molecular Psychiatry.
“Las diferencias se produjeron en gran medida en el lóbulo posterior, donde parecen localizarse muchas de las funciones más cognitivas atribuidas al cerebelo, así como en el vermis, que está vinculado a muchas funciones de procesamiento emocional”, ha señalado Ashley Huggins, autora principal del informe que ayudó a realizar el trabajo como investigadora postdoctoral en Duke en el laboratorio del psiquiatra Raj Morey.
Huggins, que ahora es profesora asistente de psicología en la Universidad de Arizona, espera que estos resultados animen a otros a científicos a considerar el cerebelo como un objetivo médico importante en los pacientes con TEPT: “Si sabemos qué áreas están implicadas, entonces podemos empezar a centrar intervenciones como la estimulación cerebral en el cerebelo, y potencialmente mejorar los resultados del tratamiento”, ha afirmado.
Centrarse en el cerebelo para el estudio y tratamiento del TEPT
Los investigadores decidieron averiguar qué ocurre primero: si un cerebelo más pequeño predispone a que una persona desarrolle TEPT, o si es el hecho de sufrir trastorno de estrés postraumático lo que reduce esta área del cerebro. Encontraron varias regiones del cerebro implicadas en el trastorno de estrés postraumático, incluida la amígdala que se encarga de regular el miedo, y el hipocampo, un centro clave para procesar recuerdos y dirigirlos por todo el cerebro.
El cerebelo constituye sólo el 10% del volumen total del cerebro, pero contiene más de la mitad de los 86 mil millones de células nerviosas del cerebro. “Es un área realmente compleja”, dijo Huggins. “Si nos fijamos en lo densamente poblado de neuronas que está en relación con el resto del cerebro, no sorprende que sus funciones vayan mucho más de regular equilibrio y movimiento”.
El Dr. Morey de Duke, junto con más de 40 otros grupos de investigación que forman parte de una iniciativa más amplia de intercambio de datos combinaron sus escáneres de imágenes cerebrales para estudiar el TEPT de la forma más amplia y universal posible. Finalmente, obtuvieron imágenes de 4.215 resonancias magnéticas de adultos, aproximadamente un tercio de los cuales habían sido diagnosticados con trastorno de estrés postraumático.
Incluso con un software automatizado para analizar los miles de escáneres cerebrales, Huggins revisó manualmente cada imagen para asegurarse de que los límites trazados alrededor del cerebelo y sus numerosas subregiones fueran precisos. El resultado de esta exhaustiva metodología fue un hallazgo bastante simple y consistente: los pacientes con TEPT tenían cerebelos aproximadamente un 2% más pequeños.
Cuando Huggins se centró en áreas específicas del cerebelo que influyen en las emociones y la memoria, encontró reducciones cerebelosas similares en personas con trastorno de estrés postraumático. También descubrió que cuanto peor era el trastorno de estrés postraumático para una persona, más pequeño era su cerebelo. “Cuando analizamos la gravedad del trastorno de estrés postraumático, las personas que padecían formas más graves del trastorno tenían un volumen cerebeloso aún menor”.
Los resultados son un primer paso importante para observar cómo y dónde el trastorno de estrés postraumático afecta al cerebro. Huggins espera que este trabajo ayude a otros a reconocer el cerebelo como un importante impulsor de comportamientos y procesos complejos, así como un objetivo potencial para tratamientos nuevos y actuales para personas con trastorno de estrés postraumático. “Si podemos comprender mejor lo que sucede en el cerebro, entonces podremos intentar incorporar esa información para crear tratamientos más efectivos que sean más duraderos y funcionen para más personas”, concluye la investigadora.