Hemorroides

Hemorroides

9 febrero, 2021 0 Por dropharma_admin

Resolvemos las dudas más frecuentes sobre esta incómoda afección, y te explicamos cuáles son los factores de riesgo que predisponen a la aparición de hemorroides, y las mejores formas de aliviar las molestias que ocasionan.

Qué son las hemorroides

Las hemorroides, también conocidas como almorranas, son pequeñas varices que se sitúan en el canal anal, se producen cuando las venas situadas en la zona baja del recto o en el ano se dilatan excesivamente, convirtiéndose así en varicosidades. En principio cualquier persona puede presentar hemorroides y no padecer ningún síntoma, por lo que no debe considerarse una enfermedad ni tampoco buscar un tratamiento. El problema surge cuando estas varices anales producen molestias que llevan a consultar al médico buscando alguna solución. Es entonces cuando hablamos de síndrome hemorroidal y es entonces cuando la situación es patológica.

Las hemorroides aparecen sobre todo a partir de la tercera década de la vida, siendo bastante infrecuente por debajo de esa edad, así como en la vejez.

Tipos de hemorroides

Se distinguen tres tipos de hemorroides atendiendo a su situación respecto al conducto anal:

  • Hemorroides internas: si las venas afectadas se localizan en la zona baja del recto, por encima del ano, y están cubiertas por mucosa. En este caso se distinguen a su vez cuatro subgrupos atendiendo al grado de prolapso:
    o    Grado I: se prolapsan hacia el ano, pero no descienden durante la defecación.
    o    Grado II: se prolapsan hacia el ano durante la defecación, pero vuelven a su lugar tras ésta.
    o    Grado III: se prolapsan, no regresan salvo que se las reintroduzca manualmente.
    o    Grado IV: se prolapsan, no regresan ni con reducción manual, o vuelven a prolapsarse inmediatamente tras la reintroducción.
  • Hemorroides externas: cuando están situadas debajo de la unión del ano con el recto. En esta situación están recubiertas de epitelio anal.
  • Hemorroides mixtas: si afectan a los dos tipos de venas.

Las causas que se dan con más frecuencia en la aparición de hemorroides son:

  • Factores hereditarios: si hay antecedentes familiares (padres o abuelos que padecieron de hemorroides), existe un mayor riesgo de sufrirlas.
  • Estreñimiento: las heces duras y secas (muy compactas) oprimen las venas hemorroidales. La situación contraria, una diarrea excesiva, también puede originar hemorroides a causa de la irritación.
  • Postura inadecuada: permanecer de pie o sentado durante mucho tiempo seguido sin cambiar de posición (por ejemplo, durante el desempeño del trabajo).
  • Embarazo: es muy frecuente que se presenten durante el embarazo, incluso en mujeres que nunca han padecido este problema con anterioridad. Sucede sobre todo en las últimas semanas, por el aumento de la presión que ejerce el útero sobre las venas hemorroidales, y también durante el parto, debido al esfuerzo. 
  • Causas de las hemorroides
  • Menstruación: también se ha sugerido que los ciclos menstruales de la mujer pueden incidir en su aparición o en el aumento de los síntomas, puesto que existen receptores estrogénicos en las hemorroides.
  • Sobrepeso: el exceso de grasa abdominal también produce presión en las venas ilíacas y hemorroidales.
  • Dieta: el bajo consumo de fibra en la dieta se contempla como un posible factor favorecedor de las hemorroides. Esto se vincularía al estreñimiento, al que contribuye una dieta pobre en vegetales y frutas
  • Síntomas de las hemorroides

Algunos casos de hemorroides leves son asintomáticos, pero lo que se considera el síndrome hemorroidal lo formarían los siguientes síntomas:

  • Sangrado: se produce generalmente al defecar. Normalmente es escaso y se detecta por rastros de sangre roja y brillante en la taza o manchas en el papel higiénico. No se considera suficiente el sangrado hemorroidal como para justificar una anemia.
  • Prolapso: se trata de un bulto que aparece cuando las hemorroides salen desde el interior del ano y resulta difícil introducirlas de nuevo. Es característico de las hemorroides internas, y como se ha detallado anteriormente, según el grado podremos distinguir prolapsos durante la defecación, incluso tras la misma, y aquellas que permanecen salvo que se las reintroduzca manualmente.
  • Secreción: la secreción de moco procedente de la propia mucosa anal es típica de hemorroides internas. Puede causar irritación de la piel y provocar prurito (picor) o sensación de quemazón, especialmente durante la defecación.
  • Dolor: las hemorroides internas no suelen doler, al contrario de las externas, que son particularmente molestas cuando salen fuera del ano por la presión del anillo anal. En ocasiones, cuando el dolor es brusco en su aparición y permanece durante días, podemos estar ante una trombosis de las hemorroides. En esta situación además, el individuo notará un bulto en la región anal con una importante inflamación de la zona y un esfínter especialmente sensible a cualquier roce.
  • Estreñimiento: aunque se trataría de uno de sus factores favorecedores, se puede considerar un síntoma secundario a las hemorroides, dado que el dolor y la inflamación de la zona pueden llegar a inhibir el acto defecatorio como medida antidolor, convirtiéndose así en un círculo vicioso.

Diagnóstico de las hemorroides

Los síntomas que refiera el paciente van a ayudar notablemente a identificar el diagnóstico de las hemorroides. La presencia de dolor, sangrado y picor forman el síndrome hemorroidal que dirige al médico hacia la exploración y técnicas endoscópicas.

La exploración visual y manual del médico establecerá la presencia de hemorroides y de qué tipo son. Se visualizarán a simple vista las externas o las internas prolapsadas y se podrá categorizar según la posibilidad de reintroducción que presenten. La presencia de un bulto morado y extremadamente doloroso será muy sugerente de una trombosis.

En casos en los que no se visualizan y la sospecha sea de hemorroides internas, se puede aconsejar la realización de una rectoscopia, que es un procedimiento endoscopico tan solo del canal anal y del recto. Esto se realizará bajo sedación para evitar molestias y permitirá la visualización de las mismas y sus posibles complicaciones.

En aquellas personas en las que el síntoma único de almorranas sea el sangrado al defecar, se puede plantear la duda, a pesar de la presencia de hemorroides, con otros diagnósticos de mayor envergadura, por lo que se puede proceder a una colonoscopia completa con el fin de descartar tumores, divertículos o pólipos como causa de ese sangrado.

Tratamiento de las hemorroides

Estas son algunas pautas recurrentes en el tratamiento de las hemorroides con las que puedes aliviar sus molestos síntomas:

  • Tomar baños de asiento con agua tibia-fresca (3-4 al día) durante 10-15 minutos.
  • Aplicar criocompresas o hielo en la zona afectada, para aliviar los síntomas como el dolor, el picor y la inflamación.
  • Se pueden emplear remedios naturales, preparando una infusión con plantas, como la manzanillas, la bardana, la caléndula y el castaño de Indias, que favorecen la circulación venosa, y tomar los baños de asiento con este preparado.
  • usar toallitas higiénicas para hemorroides en vez de papel higiénico, que hidratan, alivian los picores, y previenen posibles infecciones en la zona.

Prevención de las hemorroides

Para prevenir sus molestias, lo mejor es evitar la aparición de las hemorroides corrigiendo, en la medida de lo posible, las causas que las originan:

Alimentación

Es muy importante sustituir una dieta inadecuada por otra rica en fibra, frutas, legumbres y verduras, así como ingerir entre un litro y medio y dos litros de agua al día para evitar el estreñimiento. La fibra tiene la cualidad de absorber el agua y aumentar el volumen de las heces, cuya consistencia es más blanda y, por lo tanto, facilita su evacuación. Es conveniente disminuir el consumo de sal, debido a que favorece la retención de líquidos y, por lo tanto, provoca congestión venosa. La ingestión de alcohol, por su parte, perjudica la circulación sanguínea, dificulta la digestión e irrita el estómago y los intestinos.

También se debe moderar el consumo de ciertos alimentos y sustancias irritantes, como: chile, especias, mostaza, vinagre, ajocebolla, grasas y café.

Ejercicio

Practicar deporte suave de forma regular, como caminar o nadar, tonifica la musculatura, activa la circulación y ayuda a mejorar el tránsito intestinal, reduciendo la posibilidad de padecer hemorroides. Sin embargo, ciertos deportes como el ciclismo, la equitación y el motociclismo no son aconsejables. Tampoco lo son aquellos que conlleven realizar grandes esfuerzos (por aumentar la presión sobre la zona anorrectal), y los que supongan cargas excesivas de peso (como la halterofilia).

Postura

Procurar no permanecer de pie o sentado durante largos periodos de tiempo.

Defecar

Hay que evitar esfuerzos al defecar y utilizar papel higiénico suave, toallitas húmedas o baños con agua tibia, para limpiar el ano. Muchas personas sienten dolor al evacuar cuando tienen estreñimiento y evitan o retrasan ir al baño, lo que produce más estreñimiento y empeora el cuadro hemorroidal. Tampoco se debe retrasar el momento de ir al baño cuando se presenta la necesidad, ni permanecer mucho tiempo sentado en el inodoro.

Sobrepeso

El exceso de peso, especialmente si la grasa se concentra en el abdomen, comprime las venas hemorroidales.

Ropa

No se debe utilizar ropa muy ceñida.