Anemia en el embarazo

Anemia en el embarazo

20 agosto, 2024 0 Por dropharma_admin

Qué es la anemia en el embarazo

La anemia es una afección muy frecuente durante el embarazo, de hecho es el trastorno hematológico más frecuente en la gestación y le sucede prácticamente a la mitad de las mujeres embarazadas. Se produce como consecuencia de bajos niveles de hemoglobina en la sangre. La hemoglobina es una proteína que contiene hierro, y su función es transportar el oxígeno a través de la corriente sanguínea hacia los tejidos del cuerpo. Los órganos necesitan de este oxígeno para su correcto funcionamiento.

La anemia ferropénica, la más común, tiene su origen en una deficiencia de hierro, en ocasiones a causa de una alimentación escasa o inadecuada, pero en la mujer gestante se debe a múltiples transformaciones que se producen en esta etapa, si bien el aumento del volumen sanguíneo y de los requerimientos de hierro son las más importantes.

En muchos casos el punto de partida no es muy holgado debido a las menstruaciones que hayan podido mermar previamente los niveles de hemoglobina. Al disminuir la cantidad de hierro en la sangre se limita la producción de hemoglobina y los tejidos corporales no reciben suficiente oxígeno, lo que puede afectar a sus funciones.

Durante el embarazo aumenta el volumen sanguíneo hasta un 50% más y disminuye la concentración de hemoglobina, por lo que es frecuente apreciar una anemia leve (anemia gravídica), que no suele requerir tratamiento. Este hecho es más evidente a partir de la semana 30. Los valores de hemoglobina (Hb) que se consideran normales oscilan entre 12-16g/dL si la mujer no está embarazada y entre 11-14g/dL cuando sí lo está. Cuando las cifras de Hb caen por debajo de 9 g/dl se habla de una anemia grave y sus consecuencias pueden ser importantes tanto en la madre como en el futuro bebé.

Síntomas de la anemia en el embarazo

Si la anemia durante el embarazo no es muy severa, frecuentemente pasa desapercibida, pero puede ser habitual detectarla por los controles analíticos de rigor. Los síntomas de la anemia en la gestante, además, pueden confundirse con los de otras enfermedades; los más habituales son:

  • Piel más pálida que de costumbre.
  • Pérdida abundante de cabello.
  • Uñas frágiles que se quiebran con facilidad.
  • Inapetencia.
  • Cansancio excesivo o injustificado. Es el síntoma más frecuente y probablemente se confunde con facilidad con el cansancio que provoca el propio embarazo según avanzan las semanas.
  • Falta de aire o disnea.
  • Debilidad.
  • Apatía.
  • Mareos o vértigos.
  • Aumento de la frecuencia cardiaca (taquicardia). Esto condiciona la aparición en ocasiones de palpitaciones, ante pequeños esfuerzos o incluso en reposo en situaciones de anemia más acusada.
  • Episodios de ansiedad.
  • Dolor de cabeza.
  • Falta de concentración.
  • Insomnio, que agrava los síntomas de cansancio durante el día.
  • Es importante tener en cuenta que no todas las mujeres embarazadas experimentarán síntomas de anemia, salvo que la cantidad de glóbulos rojos sea muy baja. Normalmente la anemia se detecta durante las revisiones periódicas que se llevan a cabo para controlar el embarazo.

Causas y tipos de anemia en el embarazo

Existen varios factores que influyen en la aparición de la anemia durante el embarazo, y que determinan el tipo y la gravedad de la anemia.

Anemia gravídica

Está asociada al propio embarazo, ya que el volumen de sangre en la mujer embarazada aumenta hasta en un 50%, mientras que los glóbulos rojos no se incrementan y su concentración en la sangre permanece disminuida hasta el final de la gestación. Las cifras de Hemoglobina no suelen descender de 11 g/dl y, por tanto, no suelen requerir tratamiento.

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Anemia ferropénica

La anemia ferropénica, por deficiencia de hierro, es la más frecuente durante el embarazo (90%); seguir una dieta equilibrada y tomar suplementos de hierro antes, durante, y después del embarazo previene su aparición. Normalmente esta deficiencia no afecta al feto, pero si la anemia es grave (el valor de la hemoglobina desciende por debajo de 7g/dL) puede repercutir negativamente en la gestación, y está relacionada con nacimientos prematuros, riesgo de infecciones, e incluso abortos y mortalidad perinatal. Se aconseja la medición de los niveles de ferritina para cuantificar más exactamente los depósitos de hierro.

Anemia megaloblástica

Es la segunda anemia más frecuente durante la gestación. Generalmente se produce por un déficit de ácido fólico o de vitamina B12.  El ácido fólico no se acumula en el cuerpo, ya que se trata de una vitamina hidrosoluble que se elimina a través de la orina, por lo que es preciso obtenerlo a través de la dieta o los suplementos de forma continuada. La deficiencia de ácido fólico en la madre puede originar defectos congénitos graves en el bebé como espina bífida, y se aconseja que las mujeres que tengan intención de quedarse embarazadas tomen suplementos que contengan 400 microgramos de ácido fólico desde tres meses antes de la concepción y durante el embarazo por ser la única forma de folato aprobada como medicamento al haber demostrado que reduce eficazmente la incidencia de defectos del tubo neural, incluso en las mujeres con variantes genéticas (polimorfismos) de la enzima MTHFR.La vitamina B12 contribuye a la formación de los glóbulos rojos, y se encuentra en la carne de vaca y de aves, la leche y sus derivados, los huevos, etcétera. Las mujeres vegetarianas (al no ingerir alimentos de procedencia animal) tienen muchas posibilidades de padecer deficiencias de esta vitamina, y necesitar suplementos de esta durante el embarazo.

Tratamiento de la anemia en el embarazo

El mejor tratamiento de la anemia durante el embarazo es prevenir su aparición con una dieta variada y equilibrada, que incluya alimentos ricos en hierro y en vitaminas cuyas carencias provocan el desarrollo de la anemia.

Si sigues una dieta vegetariana estricta piensa que no aporta las necesidades diarias de hierro y vitamina B12, por lo que se debe consultar con el médico la conveniencia de utilizar suplementos durante el embarazo.

Si sufres anemia durante tu embarazo es importante incluir en la dieta los siguientes alimentos:

  • Hígado.
  • Carnes rojas.
  • Carnes de ave (pollo, pavo, pato).
  • Huevos.
  • Frutas ricas en vitamina C, que ayuda al organismo a absorber el hierro (naranjas, limones, fresas, kiwi…).
  • Vegetales de hojas verdes (espinacas, brócoli, acelgas…).
  • Legumbres (lentejas, habas, guisantes…).
  • Pan y bollos de harina integral.
  • Pescado y mariscos (sardinas, anchoas, mejillones, almejas, etcétera).

Una vez instaurada, la anemia se trata administrando suplementos de hierroácido fólico, o vitamina B12, y manteniendo su consumo durante todo el embarazo e, incluso, tras el parto, hasta que el trastorno desaparezca.

Importancia de los suplementos de hierro en el embarazoAunque las necesidades normales de un individuo quedan cubiertas con los 15-20 mg de hierro que aporta una dieta normal, en el caso de las gestantes éstas se incrementarán hasta 1 mg diario de hierro en el primer trimestre y hasta 6 mg/día en el último trimestre. Solo suplementando estas cantidades podremos preparar adecuadamente a la mujer para un embarazo seguro y un parto sin consecuencias derivadas de este déficit.

De manera profiláctica está prácticamente generalizado el uso de preparados farmacéuticos que combinan hierro, ácido fólico y distintas vitaminas desde el inicio de la concepción, así como otros componentes vitamínicos y minerales para prevenir la aparición de anemia y sus consecuencias.

En la actualidad, para el tratamiento de la anemia ferropénica se recomiendan preparados farmacéuticos de hierro elemento en forma ferrosa por su mejor absorción, con la contrapartida de sus molestias gastrointestinales que generalmente le acompañan. Así, el sulfato ferroso (150 mg diarios) o el gluconato ferroso (300 mg diarios) son los preparados más utilizados.

Cómo tomar el hierro durante el embarazo

Se debe tomar en ayunas en torno a una hora antes del desayuno, aunque esto puede aumentar la intolerancia al hierro; por el contrario se aumentará su absorción con zumos que contengan vitamina C y se pueden minimizar las molestias digestivas con formulaciones como el ascorbato o lactato, aunque también a expensas de una menor absorción.

En situaciones de intolerancia gastrointestinal importante o en anemias graves por debajo de 7 g de hemoglobina, o con consecuencias tanto en la mujer como en el feto, se recomienda la administración intravenosa de hierro.

En los casos de anemia muy grave, definida como aquella por debajo de 6 g de hemoglobina y en prevención de problemas fetales, se debe valorar la necesidad de transfusión sanguínea.