Alimentación y reflujo gastroesofágico

Alimentación y reflujo gastroesofágico

10 noviembre, 2020 0 Por dropharma_admin

Si padeces reflujo y ardor, toma nota de cómo debes orientar tu dieta para aliviar sus síntomas. Da más relevancia a las proteínas en detrimento de las grasas y conoce los alimentos indicados y los que debes evitar.

Necesidades nutricionales en reflujo gastroesofágico

Las necesidades nutricionales de una persona que padece reflujo gastroesofágico no difieren, en esencia, de otra que no padezca esta patología. Entre la sintomatología más común destaca la pirosis, que es la sensación de ardor o quemazón, debida al paso del contenido gástrico nuevamente al esófago, acompañada de inflamación de este último y posibilidad de lesionar la mucosa del esófago. En el estómago se segrega ácido clorhídrico, un producto altamente irritante pero necesario para realizar la digestión de los alimentos. La propia pared gástrica posee una capa de moco que la protege de esta acidez. Sin embargo, la pared esofágica no está preparada para este pH tan bajo, por lo que si, de forma repetida, parte del contenido gástrico que incluye ácido clorhídrico pasa al esófago, este se va irritando hasta inflamarse o dañarse, en muchos casos.

Con la dieta, lo que pretendemos principalmente es nutrir de forma adecuada y completa al paciente, a la vez que evitamos que se produzca este reflujo con los síntomas correspondientes.

La alimentación, básicamente, ha de constituir una dieta equilibrada y saludable, aportando mayor relevancia a las proteínas, que son el macronutriente más recomendable en este caso por su capacidad de aumentar la presión del esfínter esofágico inferior o la puerta de paso entre esófago y estómago. Es aconsejable que este esfínter se abra y cierre con suficiente fuerza para que no deje escapar el contenido del estómago hacia zonas superiores.

Por este motivo, podemos concluir que las necesidades nutricionales del paciente con reflujo gastroesofágico se cubren con una dieta de contenido normal de hidratos de carbono (50-55% de toda la energía tomada), levemente hiperproteica (15-20%) en detrimento de las grasas, que deberían bajar un poco su cantidad total (25-30%), ya que provocan cierta relajación del esfínter que separa el esófago del estómago.

Reflujo gastroesofágico: cambios en la alimentación

Debido al paso que se produce del contenido gástrico a zonas esofágicas, la sintomatología del reflujo gastroesofágico se suele producir principalmente poco después de la ingesta de comida. Por este motivo, interesa que la alimentación se reparta en varias tomas a lo largo de todo el día, pero haciendo hincapié en que ninguna de ellas sea muy abundante para no producir la distensión excesiva de las paredes del estómago, facilitando así el reflujo.

Asimismo, se recomienda comer despacio y prestando la importancia que merece a la masticación de los alimentos, para dar cierto tiempo al paso de los mismos y que ya hayan sufrido la mayor ruptura posible de su estructura en la boca. Además, es recomendable comer alejado de cualquier distracción con aparatos electrónicos como el móvil o la televisión, y a poder ser mejor en compañía de otras personas, ya que así la ingesta de comida es más lenta.

También es conveniente evitar algunos alimentos que se relacionan con un empeoramiento de los síntomas del reflujo, como son el ajo, la cebolla, el chocolate, el alcohol en general y algunos alimentos ácidos como el tomate, el pimiento, los cítricos (naranja, mandarina, limón, pomelo, kiwi, piña) y las comidas grasas como frituras o los platos muy condimentados, como por ejemplo la comida típica asiática, india, etcétera.

Respecto a los líquidos, los que mejor toleran las personas con reflujo son el agua y las infusiones suaves, pero es mejor separarlos de las comidas para no aumentar mucho el volumen de contenido estomacal. Esto no quiere decir que haya que dejar de hidratarse cada día, y conviene vigilar bastante este tema, ya que si no se siente sensación de sed se puede anular la ingesta de líquidos, empeorando así el estado general del paciente con reflujo gastroesofágico.

Consejos nutricionales para el reflujo gastroesofágico

Como regla genérica, las personas que tengan reflujo gastroesofágico habrán que seguir las pautas de la pirámide de la alimentación saludable que marcan la frecuencia recomendada de consumo de los distintos grupos de alimentos.

  • Estudios recientes concluyen que la ingesta de cantidades reducidas de pan en las comidas mejora la sintomatología derivada del reflujo, especialmente el quemazón en la zona dorsal y el dolor.
  • Además, es conveniente no abusar de las grasas en la dieta, ya que relajan el esfínter esofágico inferior y el reflujo podría aumentar. Por este motivo, es bueno cocinar preferentemente usando técnicas poco grasas como la plancha, el hornoal vapor o hervido.
  • Los alimentos más grasos como las carnes de cordero, pato o ganso, los embutidos, los lácteos enteros y los productos de pastelería y bollería deben estar controlados por su relación con el aumento del reflujo.
  • Sin abusar de alimentos precocinados o preparados que suelen estar bastante más condimentados que los naturales y cuidando la ingesta de picantes o especiados, los síntomas suelen disminuir de manera notable.
  • Conviene también realizar un cierto control en el aporte de alimentos muy ácidos, muy dulces o con coberturas de chocolate o azúcares, ya que no resultan adecuados para los procesos digestivos.
  • Las bebidas con gas o carbonatadas también son mal toleradas en muchas ocasiones y, en todo caso, conviene tomarlas fuera de las comidas, entre horas. No hay que olvidarse de los zumos, no muy recomendables: unos por su acidez y otros por su dulzor.
  • Por último, las temperaturas extremas en los platos (muy frío como un helado o muy caliente como puré de patata recién hecho que, debido a su estructura, difícilmente deja escapar el calor) también irritan la pared del esófago produciendo dolor.
  • Hábitos aconsejables en caso de reflujo gastroesofágico

Como pauta general, es bueno recomendar el mantenimiento de un peso dentro de la normalidad, ya que ayuda a combatir el reflujo gastroesofágico, y evitar el sobrepeso y la obesidad constituye una buena terapia para lograrlo. Estos son otros consejos que conviene que tengas en cuenta si sufres de reflujo:

  • Permanecer sentado, sin tumbarse, durante un periodo no inferior a las tres horas tras las comidas, para no facilitar la salida de los alimentos simplemente por gravedad.
  • Elevar el cabecero de la cama unos 10 o 15 centímetros, es importante hacerlo con cuñas en las patas y no con almohadas, pues estas últimas solo hacen que el cuello se flexione y para evitar el reflujo lo mejor es tener inclinado todo el tronco.
  • Evitar todos aquellos objetos o situaciones en los que haya cierta presión en la zona abdominal como cinturones apretados, fajas muy compresivas, corsés, ropa ajustada o de tallas menores de las requeridas.
  • Evitar las comidas copiosas, es preferible hacer más comidas pero de menos cantidad para que el estómago no se resienta.
  • Dejar el tabaco mejora, en gran medida, los síntomas ocasiones por el reflujo gastroesofágico.
  • Evitar los fármacos que pueden llegar a influir en la presión del esfínter esofágico interior, que puede empeorar la situación del paciente. Por ello, antes de tomar cualquier fármaco consulte con su médico.
  • Existen algunas situaciones fisiológicas (embarazo durante el segundo y tercer trimestre de gestación) o patológicas (obesidad central con acumulación de grasa abdominal) donde se ejerce presión sobre la zona inferior gástrica, por lo que el reflujo, en dichas situaciones, puede aumentar.