Alimentación en la desnutrición

Alimentación en la desnutrición

15 marzo, 2021 0 Por dropharma_admin

La desnutrición no un problema del pasado o que afecte solo a algunos países en vías de desarrollo. En nuestras sociedades muchas personas la sufren, solo hay que saber identificarla para poder prevenirla y tratarla.

La desnutrición es una enfermedad en la que los parámetros antropométricos (peso, talla, contenido de músculo, grasa y hueso a nivel corporal) y bioquímicos están por debajo de lo considerado adecuado para las características de una persona. La desnutrición, al igual que el sobrepeso o la obesidad, en el caso contrario, se produce cuando no hay equilibrio entre la energía que tomamos a través de los alimentos y la energía que gastamos en las distintas actividades de la vida, tanto cotidianas como deportivas.

Se pueden ocasionar situaciones de desnutrición cuando las necesidades energéticas de una persona aumenten respecto a las habituales y, este exceso, no es cubierto con la dieta. Por ejemplo, en casos de crecimiento y desarrollo, como en la primera infancia donde las necesidades energéticas son muy elevadas o en la adolescencia donde el rápido e importante desarrollo corporal hace que se gasten muchas más kilocalorías. También en situaciones de embarazo y lactancia aumenta la necesidad energética y hay que cubrirla adecuadamente.

En el extremo opuesto de la balanza se encuentran situaciones donde se reduce la ingesta de kilocalorías, bien de forma voluntaria o involuntaria, por ejemplo, casos de dietas prolongadas, muy bajas en energía y sin supervisión dietética o patologías que provocan un descenso del apetito. También son proclives a padecer desnutrición personas con un intestino donde los nutrientes no se aprovechan, como en la enfermedad celíaca sin diagnosticar o tratar.

Desnutrición, un problema también en las sociedades modernas

El mundo actual está lleno de contradicciones, y la incidencia de desnutrición es un claro ejemplo de ello. Mientras en muchos países se malgasta y se tira comida a toneladas, en muchos rincones del planeta la escasez de alimentos, debido a falta de agua, desastres naturales, grandes migraciones, ausencia de distribución equitativa, etcétera, hace que la alimentación de muchas personas sea deficitaria y no llegue a cubrir las recomendaciones mínimas.En determinados países americanos la prevalencia de desnutrición alcanza datos de hasta el 52% de población general en claro riesgo de desnutrición. Este dato en concreto es de Haití. En otros países del continente las cifras se mueven entre el 25 y el 8%. En África los valores rondan entre el 5-35%.

Pero actualmente, en los países desarrollados, donde hay un exceso de oferta alimentaria y la obesidad es considerada la pandemia de este siglo, también es correcto hablar de altas cifras de desnutrición entre la población. En estas zonas, el medio hospitalario, geriátrico y las zonas más humildes que sufren con mayor agudeza la crisis económica de los últimos años, son los estamentos más proclives a padecerla.

Los niños son, junto con los ancianos, el grupo que más desnutrición crónica padece. Los datos a nivel mundial hablan de que uno de cada cinco niños menores de cinco años sufre desnutrición. Y la desnutrición global nos hace reflexionar con datos que han descendido respecto a décadas anteriores, pero que aún son superiores al 10%.

Causas de desnutrición

El origen de un problema de desnutrición puede estar en el aumento de necesidades calóricas, en la disminución de la ingesta o en ambas simultáneamente. Si la oferta de alimentos en la zona no es la adecuada y hay escasez de medios, transporte, distribución, higiene, conocimientos, etcétera, el problema se agrava notablemente.

Algunas de las causas más frecuentes de desnutrición son:

  • Escasez de alimentos y agua potable para poder mantener una alimentación adecuada.
  • Condiciones socio-sanitarias poco adecuadas para mantener un estado nutritivo correcto.
  • Reparto económico desequilibrado según regiones y poca inversión en tecnologías de cultivo, extracción de agua, etcétera.
  • Dificultad en la movilidad debido a deficientes medios de transporte e infraestructuras a la hora de recolectar o conseguir productos.Escasa variedad en la dieta diaria con los alimentos disponibles que muchas veces no aportan los nutrientes necesarios. Por ejemplo carne, huevos, leche o pescado.
  • Dietas muy hipocalóricas, desequilibradas, mantenidas en el tiempo y sin supervisión nutricional.
  • Anorexia o falta de apetito provocada por múltiples causas: tratamientos quimio o radioterápicos, fármacos, intervenciones quirúrgicas, etcétera.
  • Enfermedades psiquiátricas: anorexia nerviosadepresiónbulimia
  • Intolerancias alimentarias no diagnosticadas o tratadas: intolerancia lactosaintolerancia glutenintolerancia fructosa y otras.
  • Situaciones patológicas que incrementan el consumo calórico: cáncer, fibrosis quística, fiebre, quemaduras, infecciones, traumatismos, etcétera.

  • Síntomas y tipos de desnutrición

Además de poder clasificar la desnutrición según su gravedad, desde leve hacia moderada y severa o grave, es común establecer la diferencia de desnutrición en función del nutriente principal que más escasea en la alimentación. Teniendo en cuenta esto, nos encontramos con dos tipos de desnutrición, la calórica o marasmo, y la desnutrición proteica o kwashiorkor. Vamos a ver sus síntomas y características con más detalle:

Desnutrición calórica o marasmo

En este caso se produce un descenso de la energía total de la dieta, es decir, la persona no come, especialmente en cantidades de la mayoría de productos, todo lo que debería. Suele ser una desnutrición de larga evolución y la persona presenta un aspecto muy demacrado donde se le marcan las formas de los huesos sobre la piel. Es una persona tan delgada que decimos de ella: “es solo piel y huesos”.

Los síntomas más evidentes, además de la extrema delgadez, también denominada caquexia, son: poca fuerza y energía para realizar actividades, cansancio generalizado, debilidad, palidez, escasa resistencia ante cualquier tipo de infección, retraso en el crecimiento en edad infantil, bajo rendimiento escolar, mareos, tristeza y poco interés por el mundo que les rodea.

Desnutrición proteica o kwashiorkor 

El nutriente más deficitario son las proteínas. En estas dietas, el contenido de energía puede estar cubierto por alimentos calóricos como cereales principalmente, pero los alimentos con proteínas: carne, pescado, lácteos, huevos, leguminosas, frutos secos, etcétera, no están presentes en la cantidad correcta.

En estos casos, se producen edemas generalizados en la persona con acumulación de agua en extremidades inferiores, vientre y otros órganos. Ante la deficiencia de proteínas, el riesgo para la vida es importante, ya que no se pueden sustituir tejidos dañados y el crecimiento y desarrollo se paraliza.

Otros síntomas son la tendencia a infecciones, fracturas, la ausencia muscular, debilidad extrema ante cualquier tipo de esfuerzo pequeño, caída de pelo, retraso en la cicatrización de las heridas

Diagnóstico de la desnutrición

Para diagnosticar una desnutrición, no se valora únicamente el peso, ya que este dato depende de muchas circunstancias personales. Así que una de las herramientas más básicas y sencillas para valorar una desnutrición es a través de una medida llamada índice de masa corporal (IMC) o índice de Quetelet, y que relaciona el peso con la talla de este modo: peso en kilogramos entre talla en metros al cuadrado.

IMCDiagnóstico
<18.5Desnutrición
18.5-24.9Normalidad
25-29.9Sobrepeso
30-34.5Obesidad tipo I
35-39.9Obesidad tipo II
40-49.9Obesidad tipo III u obesidad mórbida
>50Obesidad tipo IV u obesidad extrema
Para valorar desnutrición en etapas infantiles se emplean las curvas de crecimiento. Los profesionales que interpretan estas tablas, principalmente pediatras y nutricionistas, valoran la situación de cada niño en relación con su peso y su altura. Las tablas de crecimiento son recopilaciones de datos de edad, peso y altura de muchos niños y varían según los países. En principio, valores por debajo de 3 pueden darnos una pista sobre un estado nutricional a revisar, y esto significa que ese niño tiene un peso o altura por debajo del 3% de la población infantil. Como ya he comentado, los encargados de analizar y valorar esto son los profesionales, por eso es importante acudir a los exámenes de salud.

Recomendaciones nutricionales para prevenir y tratar la desnutrición

La medida de prevención de la desnutrición más evidente hace referencia a llevar una alimentación lo más variada, completa, equilibrada y gratificante posible. Es fundamental enfocar el momento de la comida como algo satisfactorio que nos aporta los nutrientes necesarios, pero también la excusa perfecta para reunirnos y pasar ratos agradables disfrutando de los alimentos.

Ante cualquier sospecha de desnutrición, o duda sobre la dieta diaria, las necesidades calóricas y, especialmente, cambios injustificados en el peso, hay que consultar con un especialista en dietética y nutrición. En casos donde el riesgo de desnutrición sea muy elevado, no debemos dejar pasar el tiempo para poner remedio. Siempre es más fácil remontar una desnutrición leve que una grave. Estas recomendaciones y consejos te ayudarán a prevenir una posible desnutrición e incluso tratarla:

  • Ser muy estrictos con la higiene en la preparación de los alimentos. En muchos casos, las infecciones provienen de una elaboración deficiente. Hábitos tan sencillos como el lavado frecuente de las manos, el hervido de alimentos y conservación adecuada puede evitar muchos problemas.Fomentar la lactancia materna exclusiva. La OMS recomienda a nivel mundial este tipo de alimentación hasta los seis meses de vida. Así se evita el uso de otros alimentos que puedan estar contaminados o la ausencia de proteínas en la dieta de los bebés y niños.
  • Priorizar la alimentación adecuada en las madres. Tanto antes del embarazo, como durante el mismo y el periodo de lactancia para asegurar la calidad nutricional de la leche materna y frenar el bajo peso al nacer.
  • Uso de agua potable.
  • Intentar aportar ciertas cantidades de proteínas de alto valor biológico: carne, pescado, lácteos y huevos a diario. Es posible usar también mezclas de cereales con leguminosas y frutos secos.
  • Insistir en la necesidad de tomar cereales, grasas, hortalizas como fuente de calorías. Así las pequeñas cantidades de alimentos proteicos se pueden utilizar para su finalidad de crear y recuperar tejidos y emplearla en el crecimiento infantil.
  • Adecuar la dieta a las características propias de cada persona: gustos, costumbres, estado fisiológico, etcétera. De esta manera, quizás en alguna ocasión tendremos que triturar los alimentos si no se pueden masticar o tragar. También podemos recomendar, en ocasiones, empezar a comer por el segundo plato para que sea el más consumido, y adaptar las comidas principales a los horarios de mayor apetito
  • Revisar el estado de la dentadura también es interesante, así como verificar que la deglución se realiza correctamente.
  • Enriquecer con métodos naturales las comidas: añadir queso, leche, huevo, nata, aceite de oliva, mantequilla, frutos secos… que son productos calóricos y proteicos y no ocupan mucho espacio por lo que no producen gran sensación de saciedad.
  • Si con el enriquecimiento natural no es suficiente, valorar la necesidad de añadir suplementación artificial a la dieta: son productos que se presentan en varios formatos y sabores para añadir un extra de proteínas o calorías a la dieta. Sin embargo, nunca deberían sustituir a las comidas, salvo en casos muy excepcionales.Si todo lo anterior no funciona, pensaremos entonces en alimentación artificial, pautada y dirigida por el equipo facultativo responsable. Como vemos, antes de llegar a este último punto, hay mucho camino que recorrer en la prevención o tratamiento de la desnutrición en nuestro medio y muchos recursos y herramientas para poner en práctica.