Artemisa annua, la planta con potencial anti-COVID-19
19 febrero, 2021Por
Jordi Cebrián
Periodista especializado en plantas medicinales
De pocas plantas se ha hablado tanto en los últimos tiempos como de la artemisa annua o anual, o artemisa china, considerada por algunos como una panacea y mirada por otros con mayor o menor desconfianza. Al uso milenario que deriva de la práctica tradicional china se suman una larga lista de estudios clínicos que hacen de esta planta una promesa controvertida en la lucha contra enfermedades como la malaria, la enfermedad de Chagas, la leishmaniasis, algunos tipos de cáncer y, más recientemente, contra el cruel coronavirus SARS-CoV-2, responsable de la pandemia de COVID-19.
La Artemisa annua, también conocida como ajenjo chino o ajenjo dulce –sweet wormwood en inglés– es una planta casi cosmopolita, que se ha ido integrando con los años en la medicina tradicional de muchos países de Asia y África. Su uso en China, donde se conoce como Qing Hao (qīnghāo), se cree que se remonta al año 200 antes de Cristo, en plena dinastía Han, y figuraba ya en determinados testimonios escritos hallados en antiguos yacimientos arqueológicos del sudeste del país.
Pero fue a partir de los estudios llevados a cabo por la doctora y química Tu Youyou cuando se descubrió el potencial de un componente de la artemisa, la artemisinina, como medio eficaz para combatir la malaria, estudios por los cuales la doctora recibió el premio Nobel de Medicina en 2015. En la actualidad la OMS reconoce la eficacia de la artemisa annual en la lucha contra esta otra epidemia, pero en combinación con otros tratamientos.
Cómo es y dónde se encuentra la artemisa annua
La artemisa annua Artemisia annua L. es una planta anual de la familia de las compuestas que puede crecer, sobre suelos ricos, hasta los dos metros de alto o incluso más, aunque generalmente es de menor tamaño. De aspecto grácil, presenta el tallo estriado, a veces de tonos rojizos, y diversas ramificaciones. Las hojas aparecen varias veces segmentadas, son de color verde brillante, y las florecillas están agrupadas en inflorescencias paniculadas o racemosas, consistentes en capítulos hemisféricos que cuelgan hacia abajo (nutantes
Es una planta muy fragante o aromática, de tacto un poco viscoso, que florece al final del verano. Con fines medicinales se emplea la planta entera, pero especialmente las sumidades floridas, que se deben cosechar en plena floración y ya no después.
Es probablemente originaria de China, Vietnam, Corea, este de Rusia, y tal vez de las orillas del mar Negro y el Caspio en Europa. En los últimos decenios ha mostrado una gran capacidad de expansión y se encuentra como adventicia en muchos puntos de África, América y Europa. En la península Ibérica es especialmente común en la costa mediterránea, y no falta de Canarias.
Se planta también en huertos, viveros medicinales y jardines. La encontraremos, a veces casi de forma dominante, en cauces y riberas de ríos, en eriales y descampados, y en márgenes forestales.
Principios activos de la artemisa annua
La composición bioquímica de la artemisa anual ha sido estudiada a fondo, pero su comprensión resulta harto compleja. Resumiendo, los principios activos más destacados del ajenjo chino quedan enumerados a continuación:
- Aceite esencial, con terpenos de importancia terapéutica como càmfora, cineol, tuyona, beta-cariofileno, beta-selinene y otros.
- Flavonoides, quercetósidos.
- Lactonas sesquiterpénicas como la artemisinina, ácido artemisínico.
- Fitoesteroles como el estigmasterol.
- Vitamina A.
- Cumarinas.
- El componente activo al que se le atribuye el mayor potencial terapéutico es la artemisinina. Su extracto y los derivados del mismo han mostrado claros efectos antivirales, antimaláricos, antiinflamatorios, antialérgicos, febrífugos, expectorantes, antiparasitarios y antifibróticos, y también podrían activar un efecto autoinmune o inmunoregulador.
- Beneficios de la artemisa annua para la salud y precauciones
Las aplicaciones medicinales de la artemisa annua funden la tradición milenaria con la más moderna exploración clínica. Algunos de los supuestos que se comentan a continuación siguen siendo objeto de una cierta controversia, que solo quedará aclarada en cuanto se puedan obtener resultados más concluyentes de los ensayos clínicos que se van emprendiendo.
Los beneficios que la artemisa china o anual aporta a la salud se resumen a continuación:La artemisinina es conocida principalmente porque reduce el riesgo de desarrollar la malaria –descubrimiento que mereció el Nobel de Medicina en el 2015–, pero también puede contribuir a una progresiva recuperación una vez infectado. La malaria es una epidemia mundial que cada año puede llegar a afectar a entre 300 y 500 millones de personas. Se produce por la picadura de un mosquito anófeles, infectado con el parásito. Estos parásitos entran en la corriente sanguínea, se multiplican dentro de los glóbulos rojos, y cuando a las 48-72 horas estos se rompen, acaban afectando a más glóbulos rojos. Al atacar a la hemoglobina, que como se sabe es la proteína responsable del transporte del oxígeno y del dióxido de carbono en la sangre, se produce una disminución del mismo, que se manifiesta en un envenenamiento e inflamación de los pulmones con dióxido de carbono cristalizado. La artemisinina precisa para ser activada de un grupo hemo (componente de hierro de la proteína hemoglobina, presente en los glóbulos rojos). Este hemo procede de diferentes fuentes, según sea la etapa vital en que se encuentra el parásito; en etapas posteriores este hemo procede de la hemoglobina digerida. Una vez detecta el parásito rico en hierro, la artemisinina actúa como una bomba, incidiendo en varias proteínas del parásito, al que acaba destruyendo. Según estudios recientes la artemisinina mata bloqueando una cierta variedad de procesos celulares. Desde el año 2006 la OMS recomienda
- complementar el uso de esta sustancia con otros medicamentos, en un tratamiento combinado. Se han publicado estudios del equipo liderado por Qingsong Lin, Jigang Wang y Kevin S. W. Tan de la Universidad Nacional de Singapur, que se pueden consultar por internet en Nature Communications.
- El también llamado ajenjo dulce o chino, como los otros ajenjos (Artemisia absinthium y otros), se han usado de forma tradicional como recurso natural para combatir los parásitos intestinales en remedios caseros, que han tenido su réplica en diferentes productos de herbolario para tal fin.
- Se usa también como bálsamo digestivo, para aliviar las náuseas y la pesadez estomacal, así como en digestiones difíciles, presencia de gases y para prevenir las flatulencias.
- Se trata de un reconocido recurso herbario, recogido también en la tradición medicinal china, al que se le atribuye un efecto febrífugo y antiséptico, utilizado para tratar fiebres altas, procesos gripales y alergias respiratorias.Se le atribuye un ligero efecto protector sobre el tejido hepático, puede estimular la secreción de bilis y puede ser útil para favorecer la eliminación por la orina de agentes tóxicos y metales pesados.
- Como planta amarga, al igual que otras especies afines, se destina, además de como protector hepático, a estimular la formación de jugos gástricos, y con ello a aumentar el apetito en personas convalecientes, debilitadas o desganadas.La medicina tradicional china lo recomienda como un regulador menstrual, útil en caso de menstruaciones dolorosas, escasas o irregulares.
- La artemisinina ejerce además un efecto inmunoregulador, que ayuda a elevar las defensas autoinmunes frente a la invasión de agentes patógenos.
- La Sociedad Española de Fitoterapia SEFIT informa en uno de sus comunicados sobre el uso experimental del extracto de artemisinina en el tratamiento de la zoonosis causada por protozoos del género Leishmania. Esta lactona actúa induciendo estrés oxidativo en los parásitos, inhibiendo de tal manera su crecimiento y provocando su apoptosis o muerte celular. Se contempla como un tratamiento complementario para la leishmaniasis, sin efectos secundarios reseñables, a excepción de las mujeres embarazadas, que deben evitarlo.
- No menos novedoso es el uso experimental de la artemisa annua en el tratamiento de la enfermedad de Chagas, causada por el protozoario flagelado Trypanosoma cruzi. Elensayo contempla el uso de una infusión concentrada de hojas secas de artemisa anual de dos procedencias distintas, que se puede consultar en la web de Elsevier.
- La artemisinina se está estudiando a nivel clínico, por su efecto inmunoregulador y antitumoral, para el tratamiento de diferentes tipos de tumores, como el de próstata (según un estudio publicado en Phytomedicine) el colorrectal, el renal (estudio publicado en Oncotarget), el sarcoma (estudio publicado en Nat Prod Bioprospect) hígado, melanoma (estudio publicado en Case Reports), o páncreas (estudio publicado en Cancer Chemother Pharmacol), entre otros. La artemisinina, según estas fuentes, actuaría sobre las células tumorales sin afectar a las sanas, dado que solo lo hace sobre aquellas células sobrecargadas de hierro, que es lo que sucede con las células tumorales.
- La artemisa anual también se ha vinculado al tratamiento de otras afecciones como la ictericia, la artritis, la anorexia, las sudoraciones nocturnas, el estreñimiento, las infecciones por hongos, e incluso la tuberculosis, pero no hay evidencia científica de su eficacia real.
Uso de la artemisa annua frente al COVID-19
Tras estallar la pandemia del COVID-19 se han iniciado en todo el mundo incontables estudios, tesis y exploraciones clínicas para tratar de hallar una medicación eficaz que consiga frenar la acción de este nuevo coronavirus o una vacuna que detenga su propagación. Mientras, también han surgido propuestas desde el ámbito de la medicina natural, y una de ellas se centra en la artemisa annua, ya que debido a su acción contra el parásito de la malaria hay quien sostiene que puede desarrollar un efecto similar en el caso del SARS-CoV2.
Así, mientras en Madagascar las autoridades sanitarias la presentan como la solución ideal para acabar con el virus, y al ser una medida barata y accesible convence a su vez a las autoridades de muchos otros países de la región, en Occidente no faltan los especialistas de credibilidad más o menos cuestionable que alaban sus propiedades y aseguran que la planta es el gran recurso natural para detener el impacto del virus. Otros, por el contrario, como desde el Instituto de Salud Global de Barcelona, ven su uso peligroso para este fin en ciertas regiones de África, ya que podría ayudar a generar resistencia a los antipalúdicos.
Por su parte, la propia OMS ha reconocido que plantas como la artemisa “están siendo consideradas como posibles tratamientos para la COVID-19”, sin embargo ha subrayado que antes “deben ser sometidas a pruebas para analizar su eficacia y sus efectos secundarios adversos”.
Al mismo tiempo científicos de diferentes equipos, alemanes y norteamericanos, bajo el auspicio del Instituto Max Plank de Alemania, están valorando las posibilidades de la artemisa annua en la lucha contra el COVID-19 con el desarrollo de ensayos clínicos, en colaboración con la Universidad de Kentucky.
Según el instituto alemán los extractos alcohólicos de artemisa constituyeron un potente remedio herbal contra el coronavirus que causó la epidemia del síndrome agudo respiratorio severo (SARS) de 2002-2004, según el estudio publicado en Science Direct en 2005, y como ambos virus son muy similares y los extractos de la planta son muy poco tóxicos, estos investigadores han considerado oportuno estudiar sus potencialidades para combatir el SARS-CoV-2. Sin embargo, aún es pronto para conocer el alcance y fiabilidad de estos estudios y de momento los resultados no se pueden considerar concluyentes.
Cómo se toma la artemisa annua o ajenjo chinoLa artemisa annua o ajenjo chino es un remedio natural que se utiliza para combatir la malaria, entre otros problemas de salud (digestivos, hepáticos, gripales o alérgicos, entre otros). Se aprovecha la planta entera, pero sobre todo los ramilletes en flor. No se debe cosechar si ya ha fructificado porque probablemente habrá perdido buena parte de su fuerza terapéutica. Se deben dejar secar a la sombra, en un espacio aireado, alejado de las fuentes de calor. Las formas más comunes en las que puedes encontrar la artemisa anual o ajenjo dulce son:
- La forma más habitual de tomarlo es en infusión, unos 5 g de planta por vaso de agua. Tiene un sabor algo amargo. Se pueden tomar hasta tres tazas al día.
- Se puede encontrar también en forma de tintura alcohólica.
- Cápsulas de extracto de hojas de artemisa, en diferentes productos de herbolario, adquiribles también por internet.
- Cápsulas y comprimidos destinados a tratamientos antimaláricos.
- Artemisa en polvos para decocción.
- Bolsas de semillas de artemisa china para plantar en casa.